Hogar, dulce hogar. Fruto de la inspiración del polifacético actor, dramaturgo y escritor estadounidense John Howard Payne y del compositor Henry Rowley Bishop, esa expresión se transformó en una canción titulada, justamente, Home! Sweet Home! que se hizo muy popular en los días de la Guerra de Secesión en suelo norteamericano. Desde entonces, esa idea brinda una apacible sensación de cobijo. En especial porque la palabra hogar posee una fuerza enorme.

Para el Banco Hipotecario ese término es la razón de su existencia. "El Hipotecario es el banco del hogar. El hogar está en el ADN del banco", explica Rodrigo Arizaga, Gerente de Marketing y Customer Success de esa entidad financiera. Desde su creación hace 137 años, el Hipotecario permanece fiel a su esencia: ser un nexo entre los argentinos y sus casas.

El contexto actual del país obligó al Hipotecario a modificar su campo de acción. "El hogar es el foco del banco y, al no haber tanto crédito, nos fuimos enfocando en todo lo que rodea al hogar. Hoy tenemos sin dudas la red de beneficios para el hogar más grande de Argentina con casi 3000 marcas diferentes y 9000 puntos en todo el país en los que se encuentran beneficios, descuentos y financiación que ayudan a tener más linda tu casa", define este especialista con una extensa trayectoria en el marketing y la comunicación.

"El hogar es lo más importante que hay. Tener tu casa, tu hogar acá, es echar raíces... y echar raíces es empezar a definir un lugar como patria", relata Arizaga. Sus palabras evocan las historias de aquellos inmigrantes que a comienzos del siglo pasado se asentaron en la Argentina en busca del hogar que dejaron en su tierra natal.

Entonces, surge una anécdota que ilustra a la perfección la relación entre el país, sus habitantes y el banco. Arizaga cuenta que hace un tiempo, en la reinauguración de una sucursal en Mendoza, se presentó un elegante hombre de algo más de 80 años. Emocionado, recuerda que se enteró de que se trataba de un cliente que le contó que nunca iba a olvidar que el Hipotecario había ayudado a reconstruir la fábrica en la que él trabajaba después de que el terremoto de Caucete la hiciera añicos en 1977.

Para conservar ese fuerte lazo, el Hipotecario diseña una estrategia de marketing en la que el cliente está en el centro de la escena. Sus acciones apuntan a que tanto los actuales usuarios como los futuros encuentren las mejores opciones en la compra de materiales de construcción, electrodomésticos, muebles y pintura, entre otros rubros.

Cada iniciativa está respaldada por una exhaustiva tarea de análisis de datos para asegurarles a los clientes la mejor experiencia posible. Eso les permite evaluar y reformular propuestas en forma permanente, una cuestión clave en un momento en el que los consumidores "están a cuatro clics de pasarse a otro banco y a dos de sacar su plata del tuyo y pasarla a ese banco".

El Hipotecario recurrió a movidas disruptivas como la creación del búho, que no solo se transformó en un símbolo del banco, sino que juega un rol clave en la relación con los clientes. "Es un fuerte asset que nos da un shortcut muy importante", acota. Ese personaje impulsó, además, un modo de comunicar un tanto irreverente y ácido que estableció un vínculo todavía más firme con sus audiencias y que se prolongó en exitosas campañas de marketing como "canchero", "dueños" y "casas inteligentes" que no hicieron más que reafirmar la importancia del hogar en la vida de las personas.

La versión original de esta nota se publicó en el número 361 de revista Apertura.