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Quien hubiera pensado que el pedido de un grupo de banqueros sería el disparador para el nacimiento de una de las principales marcas de café instantáneo del mundo. A esto se le sumó el ingenio y tesón de un químico suizo que no se dio por vencido hasta encontrar la fórmula perfecta para los amantes de la humeante bebida. Nescafé llevó varios años de desarrollo, pero pronto se convirtió en uno de los protagonistas del negocio del gigante alimenticio Nestlé.

Max Morgenthaler nació en 1901 en Berna y estudió química en la universidad local. Primero se destacó agregándole vitaminas a diversos productos lácteos hasta que en 1929 ingresó a trabajar en la compañía suiza. Esta había nacido en 1905 tras la fusión del emprendimiento de alimentos infantiles del farmacéutico Henri Nestlé con la Compañía Anglo-Suiza de Leche Condensada.

Max Morgenthaler, el químico encargado de crear el Nescafé
Max Morgenthaler, el químico encargado de crear el Nescafé

Al momento del ingreso de Morgenthaler, Nestlé ya tenía presencia en varios países alrededor del mundo y uno de ellos era Brasil. Sin embargo, ese mismo año, se produciría un evento que cambiaría todo por completo. El Martes Negro de 1929 descompensó al ecosistema empresario por la caída de la Bolsa de Wall Street y el consecuente inicio de la Gran Depresión. Esto, entre tantos otros efectos, impactó de lleno en la cotización de los granos de café que se desplomó y puso en alerta a todos los que participaban de ese negocio.

El pedido de los banqueros

En Brasil, los directivos del Banque Francaise et Italienne pour l'Amerique du Sud (Sudameris) entraron en crisis porque eran dueños de una gran cantidad de esta materia prima. El precio había bajado tanto que incluso muchos recurrieron a quemar los granos y utilizarlos como combustible para las locomotoras. Entonces los banqueros acudieron a Nestlé con un pedido: necesitaban un producto que potenciara el consumo de café, lo popularizará y así poder reducir su cuantioso excedente. ¿Qué idea tenían? Lanzar una versión soluble.

Si bien los ejecutivos de la compañía aceptaron el reto, la realidad es que, puertas adentro, había cierto escepticismo. Ya habían intentado crear un producto semejante sin éxito debido a que este no había podido conservar el aroma y sabor del original. Morgenthaler fue el encargado de ponerse al hombro el proyecto. En un principio pensaron en inventar un cubo que se disolviera con agua caliente, pero rápidamente mutó hacia un polvo.

Al principio se vendía en lata. En los 60 pasaron al frasco de vidrio.
Al principio se vendía en lata. En los 60 pasaron al frasco de vidrio.

El trabajo no era nada sencillo. Morgenthaler experimentó durante seis años y en el medio Brasil destruyó más de 52 millones de bolsas de granos de café que no podía vender. Por un momento Nestlé pensó en dar por finalizado este emprendimiento. Sin embargo, el joven químico continuó desarrollándolo en sus tiempos libres hasta que finalmente en 1937 llegó al resultado esperado.

El lanzamiento de Nescafé

Finalmente en abril de 1938 se produjo el lanzamiento de Nescafé con una prueba piloto en Suiza. Lo colocaron en tiendas, además de darles muestras gratis a montañistas, boy scouts y trabajadores nocturnos. En solo dos meses se agotó la producción que tenían reservada para todo el año.

Edmund Hillary y Tenzing Norgay llevaron una lata de Nescafé en su expedición a la cima del Everest
Edmund Hillary y Tenzing Norgay llevaron una lata de Nescafé en su expedición a la cima del Everest

La marca se expandió, pero el inicio de la Segunda Guerra Mundial le puso un alto a su crecimiento. Igualmente, el conflicto bélico no implicó un retroceso. Sus latas de café instantáneo se convirtieron en parte del paquete de suministros que recibían los soldados estadounidenses y esto posicionó a la marca.

En los 60 cambiaron la lata por un frasco de vidrio y a mediados de esa década presentaron la versión de café soluble liofilizado, Nescafé Gold. A su vez, incorporaron la, ahora clásica, taza roja como parte de la marca. El producto incluso llegó a la Luna porque fue parte de la expedición del Apollo 11 en 1969.