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Cada vez más personas eligen cultivar plantas medicinales en casa. No solo por sus beneficios para la salud, sino también por la posibilidad de tener ingredientes frescos y naturales al alcance de la mano.

En balcones, terrazas o jardines, estas especies se adaptan a distintos espacios y climas, y requieren cuidados simples.

El ingeniero agrónomo Gabriel del Huerto compartió una lista de plantas fáciles de mantener, con propiedades terapéuticas y usos cotidianos. Aquí, una guía completa para empezar a cultivarlas y aprovechar sus beneficios.

Orégano: ideal para resfriados y hongos

El orégano crece bien al sol y necesita riego moderado. Sus flores concentran los aceites esenciales que ayudan a aliviar síntomas de resfriados y combatir infecciones leves. Se puede usar en infusiones o como condimento.

Tomillo: versátil y resistente

El tomillo también combate los resfriados y se adapta a macetas con buen drenaje. Se puede usar fresco o seco. Su aroma intenso lo convierte en un clásico de la cocina mediterránea y en un aliado para la salud respiratoria.

Melisa: relajante natural

La melisa prospera en media sombra y tiene un efecto calmante. Se recomienda para dormir mejor, aliviar dolores menstruales y reducir el estrés. Su sabor cítrico la hace ideal para infusiones nocturnas.

Romero: concentración y alivio muscular

El romero necesita macetas altas y tierra bien drenada. Se puede usar en infusiones, aceites para masajes o tinturas. Mejora la concentración y alivia dolores de cabeza. También es útil para problemas circulatorios.

Ajo: antibiótico natural

El ajo se planta en otoño y se cosecha en diciembre. Es antibacterial, antifúngico y fortalece el sistema inmune. Para aprovechar sus propiedades, se recomienda consumirlo crudo y dejarlo reposar unos minutos tras picarlo.

Manzanilla y cedrón: digestivos y relajantes

La manzanilla ayuda a dormir y mejora la digestión. Se puede cultivar a partir de un saquito de té. El cedrón, con aroma alimonado, se propaga por esquejes y se usa en infusiones relajantes. Conviene cosechar sus hojas antes del invierno.

Jengibre y cúrcuma: antioxidantes y antiinflamatorios

Ambas raíces se plantan en primavera y necesitan macetas anchas. El jengibre combate náuseas y problemas digestivos. La cúrcuma alivia dolores y reduce la inflamación. Son ideales para sumar a comidas o preparar infusiones.

Consejos para empezar

  • Usar tierra con buen drenaje
  • Elegir macetas según el tipo de raíz
  • Priorizar el sol o la sombra según la especie
  • Cosechar en el momento justo para conservar propiedades
  • Secar las hojas a la sombra y guardarlas en frascos herméticos

Cultivar estas plantas en casa no solo mejora la salud, también transforma la cocina diaria con sabores frescos y aromas naturales. Además, permite reducir el uso de medicamentos y apostar por soluciones más sostenibles.