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Bogotá, la capital de Colombia y su ciudad más grande, es ampliamente reconocida por su compleja historia y patrimonio cultural, reflejados en su arquitectura, museos, iglesias y monumentos. Diversas entidades también la han nombrado como una de las ‘Ciudades Arbóreas del Mundo' por su compromiso con la gestión responsable y sostenible.

Además del turismo, es un eje clave en la economía nacional debido a su infraestructura, mercado laboral y conexión con el comercio internacional. Por todos estos rasgos, incluida su alta población, muchas personas se preguntan cómo se verá la capital dentro de 100 años: ¿seguirá existiendo tal como la conocemos?

Para disipar dudas, la inteligencia artificial realizó un extenso análisis sobre los avances de la ciudad en temas como economía, demografía, sociedad, reciclaje y estética. Si bien sus respuestas son especulativas, las tendencias actuales permiten entrever un posible futuro para los bogotanos.

Así será Bogotá en 100 años: biodiversa, sostenible y digital

1. Estética y urbanismo

En base a las estimaciones de Chat GPT, se puede visualizar a Bogotá como una ciudad altamente vertical y multifuncional para el año 2125. Las zonas centrales tendrán rascacielos con jardines colgantes, techos solares y fachadas inteligentes que se adaptan a la luz y la temperatura. Sus barrios tradicionales, como La Candelaria, se mantendrán como patrimonios vivos.

La capital seguirá siendo líder en sostenibilidad y reciclaje para el año 2125. (Imagen: Grok IA)
La capital seguirá siendo líder en sostenibilidad y reciclaje para el año 2125. (Imagen: Grok IA)

En la arquitectura predominará el diseño bioclimático, con edificios de bambú reciclado. La mayoría de las calles también serán peatonales o con tránsito de vehículos autónomos eléctricos.

2. Reciclaje y sostenibilidad

En cuanto al reciclaje, un aspecto que destaca a la ciudad, continuará siendo "circular" con cero residuos como estándar. Cada hogar tendrá nanoprocesadores para convertir basura en materia prima. También habrán plantas descentralizadas de purificación en edificios, y recolección de aguas lluvias en el 100% del territorio urbano. La energía provendrá de fuentes renovables.

3. Demografía y sociedad

La inteligencia artificial prevé una Bogotá con menor tasa de natalidad, pero más longevidad. Para ese año, se podría acercar a los 15 millones de habitantes, dependiendo del clima y las migraciones. El español seguirá siendo el idioma principal, aunque convivirá con un inglés adaptado y dialectos indígenas rescatados.

Además, podría reducirse la desigualdad, siempre que la política y la tecnología avancen juntas. La ciudad será aún más mestiza, con comunidades afro, indígenas, migrantes y tecnológicamente conectadas.

¿Qué se espera de la economía en el año 2125?

En cuanto a la economía, un aspecto fundamental para su subsistencia, la IA visualiza a Bogotá como un hub tecnológico andino, conectada a otras ciudades a través de trenes hipersónicos o cápsulas electromagnéticas. A su vez, se apoyará en tres pilares:

  • Economía del conocimiento.
  • Biotecnología y farmacología.
  • Turismo inteligente e inmersivo.

El dinero, como lo conocemos en la actualidad, será obsoleto. En su lugar, será reemplazado por criptomonedas públicas y comunitarias. Por su parte, los ciudadanos que quieran acceder a microcréditos, seguros o inversiones deberán hacerlo a través de algoritmos descentralizados y transparentes.

La ciudad colombiana será aún más mestiza, sostenible y vertical. (Imagen: Grok IA)
La ciudad colombiana será aún más mestiza, sostenible y vertical. (Imagen: Grok IA)

Los cambios en la jornada laboral debido a la IA

Por último, ChatGPT advierte por un cambio profundoen la jornada laboral. En cien años habrán menos empleos tradicionales, aunque más actividades significativas, sociales o creativas. Otros cambios que remarca son:

  • Jornada laboral de 10 a 15 horas semanales.
  • Trabajo comunitario remunerado: cuidar ancianos, mantener parques, enseñar.
  • El tiempo libre tendrá valor económico. Se pagará por atención, creatividad o participación cultural.