

El color del océano no es un simple detalle estético: funciona como un termómetro biológico que revela qué sucede en la superficie del mar y cómo responden los ecosistemas a la presión humana.
En los últimos años, equipos internacionales han detectado variaciones sostenidas en los tonos del agua, un mensaje que la comunidad científica ya no puede ignorar.
La zona fótica, la franja donde penetra la luz y se produce la fotosíntesis, concentra la mayor parte de la vida marina. Los cambios en la cantidad de luz que atraviesa el agua y en lo que esta refleja hacia los satélites pueden afectar cadenas alimentarias completas, desde el plancton hasta los peces que llegan a nuestras mesas. En otras palabras, su mundo se está quedando a oscuras.
¿Por qué los océanos se están oscureciendo?
El núcleo del fenómeno está en un dato contundente: el coeficiente de atenuación de la luz submarina ha aumentado en más de 75 millones de kilómetros cuadrados, es decir, en el 21% del océano global entre 2003 y 2022, según informó Wired Japón. El resultado: la luz ya no llega tan profundo.

Para medir el impacto real, investigadores de la Universidad de Plymouth tomaron como referencia al zooplancton del género Calanus, una especie increíblemente sensible a la luz.
Con su ayuda, determinaron que la profundidad de la capa luminosa se ha reducido en más de 50 metros en el 9% del océano mundial, y en más de 100 metros en el 2,6%, equivalente a una superficie similar a la del continente africano.
Impactos visibles donde menos se imaginaba
Las zonas más afectadas no son solo cercanas a la costa. Especialmente en áreas como la Corriente del Golfo, el Ártico y la Antártida, la luz se desvanece más rápido, alterando ecosistemas fundamentales.
Lo que sucede por la noche también importa: en el 13,9 % de las zonas estudiadas, la luz lunar penetra más de 10 metros menos, afectando patrones de desove, alimentación y migración de especies nocturnas, que dependen de señales lumínicas sutiles para sobrevivir.
¿A qué se debe este factor preocupante y cuáles son sus consecuencias?
El cambio climático es el principal motor detrás del oscurecimiento de los océanos. El aumento de las temperaturas, la mayor concentración de dióxido de carbono y la acidificación del agua modifican la composición de nutrientes y la densidad de partículas en suspensión, lo que reduce la penetración de la luz. Como resultado, la zona fótica se contrae, afectando la fotosíntesis del fitoplancton.

Esto provoca una reacción en cadena: menos alimento para los peces pequeños, desequilibrio entre los depredadores mayores y, finalmente, un impacto directo en la seguridad alimentaria de millones de personas que dependen del mar.
Si los organismos que necesitan luz se ven obligados a concentrarse en capas más superficiales, la competencia por alimento y espacio se intensifica. "Además, acercarse a la superficie aumenta el riesgo de depredación, lo que podría afectar la estructura de ecosistemas enteros", advirtió el profesor Tim Smith, del Laboratorio Marino de Plymouth, citado por el medio.










