La "inserción inteligente al mundo" que el presidente Mauricio Macri emprendió al inicio de su mandato, con la voluntad de regresar a la Argentina a la escena internacional, lleva un correlato económico a través de las cuotas y contribuciones que el Gobierno, como miembro de diversos foros multilaterales, viene realizando con un notorio crecimiento respecto a la gestión anterior.

Solo en 2016, el primer año de la administración macrista, la Argentina giró más de $ 926 millones al exterior en concepto de cuotas y contribuciones a organismos internacionales, lo cual implicó un salto del 113% respecto a los fondos que destinó el kirchnerismo hacia su fin, y un incremento del 68% respecto a lo proyectado en el Presupuesto aprobado antes del ballottage que llevó a Macri a la Rosada.

En el segundo año completo del macrismo, el 2017, el Gobierno transfirió $ 1299 millones al exterior (40,3% más que en 2016) pese a haber pedido al Congreso autorización para girar solo $ 195,6 millones. Adicionalmente, los desembolsos de 2018 llegarán a $ 1482,6 millones (14% respecto 2017) luego de modificar el presupuesto original de $ 195 millones con $ 1287 millones adicionales para 129 organismos.

Con los $ 1668 millones que figuran en el Presupuesto 2019, el macrismo culminará su cuatrienio con $ 5337 millones girados al exterior. Claro está, siempre que no haya nuevas ampliaciones presupuestarias.

Las transferencias a organismos internacionales le corresponden a la Cancillería y, en buena medida, los fondos tiene como destino la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus entidades satélite. En 2016, estando al mando del Palacio San Martín Susana Malcorra -que, en paralelo, se candidateó ese año para ocupar la Secretaría General- los giros al organismo de Nueva York crecieron 89%, pasando de $ 157 millones, durante el período previo, a $ 298 millones.

En el Gobierno respondieron a El Cronista que el abrupto incremento se debe, en parte, a que los compromisos se pagan mayoritariamente en dólares o en la moneda del país donde el organismo está radicado, con lo cual cada variación del tipo de cambio afecta el esquema de pagos. Sin embargo, la cotización del dólar fluctuó por debajo de la variación que tuvieron las remesas de fondos. Entre 2015 y 2016, la divisa aumentó 64,4%, y al año siguiente creció apenas 7,5%.

La otra razón, indicaron fuentes oficiales, es que la ONU elevó en diciembre de 2015 el peso porcentual de la Argentina en el presupuesto de gastos ordinarios, que pasó del 0,432% al 0,892%. Esto fue así porque el organismo se basa en la variación del PBI de cada país para determinar la tasa de contribución y, al correrse del quinquenio 2005-2010, posterior a la crisis económica, y enfocarse en el período 2008-2013, donde la actividad creció significativamente, se incrementó la responsabilidad del Gobierno en aportar fondeo.

Asimismo, el crecimiento en el fondeo general motivó un "incremento sustancial", según fuentes diplomáticas, en el pago de aportes para las Operaciones de Mantenimiento de la Paz en zonas del mundo en conflicto bélico.

Actualmente, el Gobierno financia cerca de 140 organismos internacionales y, según dejaron entrever desde el oficialismo, es esperable que el país "continúe asumiendo compromisos internacionales", incorporándose como miembro a organismos o adhiriendo a convenios internacionales, de los cuales en muchos casos emanarán nuevas obligaciones financieras, entre las que se descuentan nuevos giros para diversos comités de la OCDE, a la cual el macrismo aspira a ingresar como miembro pleno de derechos. Como se ve, pertenecer tiene su costo.