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El Alzheimer es la forma más frecuente de demencia y afecta a millones de personas en todo el mundo. Pese a los avances científicos de las últimas décadas, los tratamientos disponibles siguen siendo limitados y apenas logran ralentizar de manera temporal la progresión de la enfermedad.

Frente a este escenario, cualquier innovación que ofrezca resultados tangibles despierta una enorme expectativa en el ámbito médico y en la sociedad en general.

En este contexto, investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU), la Universidad de California en Berkeley (UC Berkeley) y el Hospital Universitario de Zelanda en Roskilde dieron a conocer un avance que podría transformar el futuro de la lucha contra el Alzheimer.

Se trata de una terapia de estimulación cerebral basada en luz, cuyos ensayos clínicos preliminares demostraron mejoras en la función cognitiva de pacientes diagnosticados con la enfermedad en etapas leves y moderadas.

Los resultados, publicados en la revista científica PLOS One, indican que la aplicación de esta tecnología no solo ofrece beneficios en memoria y lenguaje, sino que también abre la posibilidad de integrar el tratamiento en dispositivos de uso cotidiano, como lámparas de hogar o residencias de ancianos.

De confirmarse en estudios más amplios, esta innovación marcaría un cambio de paradigma en la forma de prevenir y tratar el Alzheimer.

Estimulación cerebral con luz y ondas gamma

El dispositivo desarrollado por los equipos internacionales funciona a través de estimulación cerebral profunda mediante luz, con la capacidad de inducir ondas cerebrales gamma. Este tipo de actividad eléctrica ya había sido asociada en investigaciones previas con efectos positivos en el control de la enfermedad.

El profesor Paul Michael Petersen, uno de los inventores y especialista en luz de la Universidad Técnica de Dinamarca, explicó que la idea surgió tras estudios del MIT: "La exposición de ratones con Alzheimer a luces parpadeantes indujo ondas gamma y redujo la acumulación de placas beta-amiloide en el cerebro", un rasgo característico de esta patología.

Durante los ensayos clínicos en Dinamarca, pacientes con Alzheimer leve o moderado utilizaron el dispositivo 30 minutos al día durante periodos de seis a doce semanas. El estudio se diseñó bajo el método doble ciego, es decir, sin que médicos ni participantes supieran si la lámpara empleada era activa o un placebo.

Al finalizar el proceso, los médicos observaron mejoras en funciones cognitivas clave como el habla y la memoria en quienes recibieron la estimulación real. Además, las imágenes cerebrales revelaron un leve aumento de volumen en ciertas áreas del cerebro, mientras que los pacientes del grupo placebo mostraron deterioro en las mismas regiones.

Innovación tecnológica y desarrollo internacional

El origen de esta innovación se remonta a 2017, cuando el profesor Jes Broeng, también de la DTU, impulsó una colaboración durante una estancia en UC Berkeley. Petersen relató que, a partir de ese encuentro, comenzó el camino hacia la patente conjunta y la validación científica de la idea.

El primer circuito eléctrico con tecnología LED fue diseñado por Marcus Carstensen, entonces estudiante de maestría. Petersen destacó el rol de los jóvenes investigadores en este proceso: "El papel fundamental de los jóvenes ingenieros ha sido clave en el avance de esta tecnología y en su impacto positivo en la sociedad".

Carstensen, hoy Director de Tecnología en la empresa OptoCeutics, continuó desarrollando el dispositivo y lidera la fase actual de ensayos clínicos más amplios.

Aunque los resultados preliminares generan optimismo, Petersen remarcó la necesidad de cautela: "Se trata de estudios iniciales y muchos factores pueden influir en las capacidades cognitivas de los pacientes". Por ello, OptoCeutics inició nuevas pruebas a mayor escala para obtener evidencia clínica más robusta.

Futuro de la terapia con luz contra el Alzheimer

Los investigadores confían en que esta tecnología pueda convertirse en una herramienta accesible y preventiva. La meta es que se integre en la vida cotidiana, reemplazando incluso a las fuentes de luz tradicionales en hogares y centros de cuidados.

Si las próximas fases confirman los hallazgos, la estimulación cerebral mediante luz LED podría ofrecer una alternativa práctica, segura y no invasiva frente a un problema de salud global cuya prevalencia no deja de crecer. En la actualidad, la demencia afecta a más de 55 millones de personas en el mundo, y se estima que esta cifra podría triplicarse para 2050.

El avance danés-estadounidense no solo abre una puerta a la esperanza en la lucha contra el Alzheimer, sino que también subraya la importancia de la investigación interdisciplinaria y la innovación tecnológica para enfrentar los desafíos de la salud del futuro.