

El derrumbe del edificio en Madrid ocurrido este martes en la calle Hileras, a pocos metros de la Puerta del Sol, dejó cuatro víctimas mortales y tres heridos. Según confirmaron los Bomberos de Madrid, el colapso comenzó en la quinta planta del inmueble en rehabilitación y provocó el desplome progresivo de los forjados hasta el sótano.
El suceso, que se produjo alrededor de las 13.00 horas, movilizó a más de un centenar de efectivos de Emergencias Madrid, Policía Nacional y Bomberos. Tras 14 horas de labores de rescate, se localizaron los cuerpos sin vida de las cuatro personas desaparecidas, entre ellas una responsable de obra y tres trabajadores de origen extranjero.
Mientras continúan las investigaciones judiciales, las autoridades locales aseguran que el edificio contaba con licencia otorgada en febrero y que no existían quejas registradas sobre la obra. Sin embargo, el caso reaviva el debate sobre la seguridad estructural y la prevención de riesgos laborales en la construcción.
Las causas del colapso y las dificultades del rescate
El derrumbe del edificio en Madrid comenzó en la terraza de la quinta planta. Según confirmó el responsable de guardia de los Bomberos de Madrid, Miguel Seguí, el colapso se produjo sin que hubiera obreros trabajando en esa zona.
"El derrumbe se inició por el colapso de la terraza de la quinta planta, lo que hizo que se desplomaran los forjados del resto de pisos hasta el sótano", detalló Seguí. En total cedieron siete forjados, alcanzando una altura de unos 50 metros y generando tres metros de escombros en algunos puntos.
El responsable explicó que se trató de una "suma de factores" y evitó adelantar hipótesis hasta que se conozcan los resultados de la investigación. Sin embargo, reconoció que el acopio de material de obra en zonas sensibles de la estructura podría haber influido en el colapso.

Los bomberos trabajaron durante 14 horas para rescatar los cuerpos entre toneladas de escombros compactos. "Fue muy laborioso, ya que había muchos riesgos de caída y tuvimos que trabajar a mano", explicó Seguí.
Las tareas comenzaron a la una de la tarde y finalizaron hacia las tres de la madrugada, cuando se recuperó el último de los cuerpos. Gracias al espacio diáfano del sótano, el desescombro se realizó hacia la parte posterior del edificio.
El edificio en obras, ubicado en la calle de las Hileras, entre Ópera y la Puerta del Sol, estaba siendo rehabilitado para convertirse en un hotel de cuatro estrellas. En el momento del derrumbe trabajaban unas cuarenta personas.
Víctimas del derrumbe y respuesta de emergencias Madrid
El derrumbe dejó cuatro víctimas mortales: una responsable de obra llamada Laura, y tres obreros -Dambéle, Alfa y Jorge-, originarios de Malí, Guinea y Ecuador, de entre 30 y 50 años. Todos eran empleados de la empresa constructora ANKA.
"Pudo ser aún una tragedia mucho mayor", lamentó el alcalde José Luis Martínez-Almeida, al precisar que solo se desplomaron 50 de los 200 metros de la planta superior. Los servicios de emergencias Madrid, la Policía Nacional y la Comunidad trabajaron sin descanso en el rescate.
Los bomberos confirmaron que los perros de búsqueda no detectaron más personas entre los restos. La Policía Judicial investiga las causas y tomará declaración a la dirección de obra, responsable legal de garantizar la seguridad estructural.
Reacciones institucionales y alerta por la siniestralidad laboral
El alcalde de Madrid aseguró que "no constaban quejas sobre las obras" en los canales oficiales del Ayuntamiento. La licencia de obra se había concedido en febrero de 2025 y, según Almeida, la supervisión recaía en la dirección facultativa del proyecto.
En tanto, Isabel Díaz Ayuso ha agradecido la "extraordinaria" labor de los servicios de emergencias y ha trasladado su "cercanía y ánimo" a todos los trabajadores del sector de la construcción.
La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, advirtió sobre "la alta siniestralidad que se está produciendo en el sector de la construcción con resultado de muerte" y pidió reforzar las medidas de seguridad laboral.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó su pésame a las familias: "Todo nuestro cariño y solidaridad en estos difíciles momentos", mientras que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, subrayó: "Nadie debería perder la vida en el trabajo".














