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En una expedición en el mar de China Meridional, expertos han recuperado más de 900 reliquias procedentes de dos barcos naufragados durante la dinastía Ming (1368-1644), enterrados bajo las aguas durante siglos.

La misión, dirigida por la Administración Nacional de Patrimonio Cultural de China, se llevó a cabo a 150 kilómetros de la isla de Hainan y a una profundidad de 1500 metros.

De esta forma, China vuelve a sorprender al mundo con un hallazgo arqueológico sin precedentes. El descubrimiento abre nuevas ventanas al estudio del comercio internacional y los intercambios culturales de la Ruta de la Seda marítima.

Un hallazgo único para la arqueología submarina

Según informó el diario Global Times, los arqueólogos emplearon el sumergible Shenhai Yongshi -cuyo nombre significa guerrero del mar profundo- para acceder a los restos de las embarcaciones.

"Este hallazgo es un testimonio significativo del comercio y los intercambios culturales de la antigua Ruta de la Seda marítima", explicó el arqueólogo jefe Song Jianzhong, quien destacó que permitirá comparaciones inéditas entre civilizaciones.

La investigación se desarrolló en tres fases de trabajo para garantizar la conservación y documentación de cada pieza hallada.

Qué contenían los barcos de la dinastía Ming

El primer barco, destinado a la exportación de cerámicas, contenía 890 artefactos, entre los que destacan piezas esmaltadas nunca antes encontradas en un pecio. Estas cerámicas, cuidadosamente embaladas, son un testimonio del refinamiento artístico y técnico de la época.

El segundo barco, que se dedicaba a importar maderas exóticas, ofreció una sorpresa mayúscula: piezas de ébano, material de gran valor que no se había recuperado antes en excavaciones subacuáticas.

Además, se hallaron porcelanas, vasijas, conchas marinas y hasta cornamentas, lo que sugiere un comercio marítimo más diverso de lo que se pensaba.

Fuente: ShutterstockShutterstock

Cuál es la importancia de este descubrimiento

La dinastía Ming es recordada por su expansión comercial y su producción artística sin precedentes. El hallazgo de estos barcos refuerza la idea de que el comercio marítimo jugó un papel clave en la conexión de China con otros continentes siglos antes de la globalización moderna.

Para los arqueólogos, la Ruta de la Seda marítima no solo transportaba bienes materiales, sino también ideas, técnicas y costumbres que influyeron en el desarrollo cultural de diferentes regiones.

Este descubrimiento, además de aportar nuevas piezas a museos y estudios académicos, abre la puerta a futuras exploraciones en zonas profundas del mar de China Meridional, donde se cree que aún reposan otros barcos cargados de tesoros históricos.