En esta noticia

El avance de la ciencia y tecnología ha sido un factor determinante para el crecimiento de las civilizaciones y la evolución de la sociedad. Sin embargo, también ha generado desde siempre una gran preocupación por su posible impacto negativo.

En este marco es que una de las personalidades más influyentes del siglo XX, Albert Einstein, advirtió sobre cómo los avances podrían convertirse en una amenaza y en la posible causa de la destrucción final de la humanidad. Esta inquietud no solo se limitó a su campo de estudio, la física teórica, sino que se extendió por cuestiones éticas y políticas.

En 1945 Albert Einstein y J. Robert Oppenheimer crearon el Boletín de Científicos Atómicos con el fin de alertar a los habitantes de todo el mundo acerca de los peligros que podían destruirlo. Dos años más tarde, en 1947, llegó la primera acción de este grupo de científicos: la creación del "Reloj del fin del mundo", conocido en inglés como el "Doomsday Clock".

La historia del reloj creado por Einstein que predice el fin del mundo

El objetivo del Reloj del Juicio final es funcionar como una herramienta simbólica que mide la cercanía de la humanidad con su propia destrucción. Al inicio, sus esfuerzos estaban centrados en el riesgo nuclear, pero luego el reloj evolucionó para reflejar otras amenazas, como la crisis climática y, en el presente, el avance descontrolado de la inteligencia artificial.

Para entender el funcionamiento de este reloj simbólico, el mismo es manipulado por científicos y la aguja se mueve de acuerdo a las circunstancias adversas de la sociedad. En caso de llegar a la medianoche, esto querrá decir que el mundo está próximo a destruirse.

Los momentos más tensos en la historia del reloj del fin del mundo

Einstein y Oppenheimer coincidieron en que esta creación era una forma de generar conciencia entre las personas que habitan los diferentes países del mundo. Tras su rol protagonístico en la creación de las bombas nucleares, el físico estadounidense se convirtió en un firme defensor del desarme nuclear y advirtió sobre las consecuencias de una posible escalada armamentística.

Las advertencias de Einstein no solo se referían a la amenaza nuclear, sino también al uso irresponsable de la tecnología. El físico creía que los avances sin un control ético podrían conducir a consecuencias impredecibles. En la actualidad, el auge de la inteligencia artificial y el uso de las redes sociales como focos de desinformación generan una fuerte incertidumbre de cara al futuro.

En 1963, la firma del Tratado de Prohibición Parcial de los Ensayos Nucleares entre Estados Unidos y la Unión Soviética retrasó la aguja simbólica y fue un momento de relativa paz en la historia. Sin embargo, la participación de los Estados Unidos en la guerra de Vietnam en 1968 dejó el reloj a siete minutos de la hora fatídica.

La hora actual marcada por el reloj del fin del mundo y el miedo a la desaparición de la humanidad

Tras la última actualización, las manecillas del reloj se encuentran a 89 segundos de la medianoche, que indica el fin de la civilización. Nunca antes desde su creación había estado tan cerca, ni siquiera durante las fases más tensas de la Guerra Fría, lo que indica que, según este grupo de científicos, la humanidad está cerca de su final.

Otro factor de riesgo es la crisis climática. Aunque en otras épocas este problema no se encontraba en el centro del debate, la conservación del medioambiente, y encontrar un balance entre producción industrial y cuidado, se ha vuelto más relevante que nunca.

Cuando el reloj avanzó de manera desproporcionada, Robert Oppenheimer lanzó su advertencia sobre las consecuencias de la escalada armamentística y la irrupción de nuevas tecnologías: "No sé con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero sí que en la cuarta se peleará con palos y piedras".