

Para los que no somos aficionados a la jardinería y apenas disfrutamos de regar nuestro césped, elegir qué árbol frutal plantar puede ser todo un desafío. Mientras que algunos optan por guiarse desde lo estético, otros buscan la practicidad: un ejemplar resistente a los cambios de temperatura, que de buena sombra y que no genere grietas en el suelo.
Para este segundo grupo, que de seguro hace múltiples búsquedas en la web a la espera de la mejor respuesta, aquí tenemos un árbol frutal que es ideal para ellos.
¿Cuál es el árbol frutal ideal para resistir diferentes temperaturas?

El granado (Punica granatum) es un árbol de tamaño medio, que no supera los 5 metros de altura. Originario de Oriente Medio y el norte de África fue introducido en la Península Ibérica por los árabes de al-Ándalus.
Su follaje denso proporciona una sombra encantadora y no tiene raíces invasivas, por lo que no agrieta el suelo. Además, es un árbol que se adapta a las condiciones de crecimiento. Entonces, puede dársele forma de arbusto o convertirse en planta trepadora para cubrir muros.
Otra de las características del granado es que resiste tanto climas fríos como cálidos. De hecho, este árbol es capaz de tolerar sequías aunque por cierto, esto puede afectar a su fruto: la granada.
Deliciosa y llena de propiedades nutritivas, la granada forma parte de la cultura española de forma profunda: no por nada aparece en el escudo español en alusión al antiguo reino nazarí. Asimismo, también se incluye en el escudo de Colombia, país que antaño formaba parte de la República de Nueva Granada.
Granado: Los cuidados que necesita este árbol frutal

El granado es un árbol que no requiere grandes cuidados que puede proliferar tanto en zonas desérticas como subtropicales. En España -principal productor de granadas de Europa- su cultivo se concentra principalmente en la ciudad alicantina de Elche.
- Ubicación: Prefiere sol directo ya que requiere luz abundante, en particular en época de floración.
- Riego: Durante su primer año se recomienda hacerlo una sola vez por semana y luego, incrementar la frecuencia a dos veces a la semana durante la temporada de floración.
- Abono: Se sugiere utilizar dos tipos de abono diferente de acuerdo a la época del año. En primavera, optar por abonos orgánicos de descomposición lenta, mientras que en invierno es preferible usar sulfato de amonio.
- Poda: Después de la floración y de la recolección de frutos.











