

El cáncer de próstata es una de las enfermedades más comunes entre los hombres, especialmente a partir de los 50 años. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), durante 2024, se han diagnosticado 30.316 casos de el país.
Lo preocupante es que, en sus etapas iniciales, este tipo de cáncer suele ser asintomático, lo que dificulta su detección temprana. Ante esta realidad, los especialistas recomiendan realizar controles periódicos con un especialista médico.
Sin embargo, también existen métodos que se pueden aplicar en casa para monitorear la salud prostática. Uno de ellos es el autoexamen de próstata, una práctica sencilla que puede ayudarte a identificar posibles anomalías a tiempo.

Qué es el autoexamen de próstata y por qué es importante
El autoexamen de próstata consiste en una palpación rectal que permite detectar cambios en la textura o tamaño de la glándula prostática. Aunque no sustituye una revisión médica profesional, puede ser útil para identificar señales de alerta que ameriten una consulta con el especialista.
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez ubicada justo debajo de la vejiga y delante del recto. Su función principal es producir el líquido seminal que transporta los espermatozoides.
Con la edad, puede aumentar de tamaño o presentar inflamaciones, lo que podría indicar condiciones como la hiperplasia benigna de próstata, prostatitis o incluso cáncer de próstata.
Pasos para realizar el autoexamen de próstata en casa
Realizar un autoexamen de próstata en casa es un proceso sencillo que requiere de higiene y cuidado. A continuación, se detallan los pasos recomendados por especialistas:
Prepararse: lavar bien las manos con agua y jabón. Utilizar guantes de látex desechables para mantener la higiene durante el procedimiento.
Lubricar: aplicar un lubricante a base de agua en el dedo índice y en la abertura anal para facilitar la inserción y minimizar molestias.
Adoptar una posición adecuada: colocarse en una postura cómoda, como acostarse de lado con las rodillas dobladas o ponerse de pie con una pierna elevada sobre una superficie.
Introducir el dedo: insertar suavemente el dedo lubricado en el recto, apuntando hacia el ombligo. Avanzar lentamente hasta sentir una superficie firme y redondeada: esa es la próstata.
Palpar la zona: tocar la superficie de la próstata para detectar irregularidades, bultos o áreas endurecidas. La próstata saludable suele sentirse suave y uniforme.
Observar las sensaciones: prestar atención a cualquier dolor o molestia durante el examen. Si se experimenta incomodidad significativa o se detectan anomalías, consultar a un urólogo.
¿Cuándo y con qué frecuencia realizar el autoexamen?
Los expertos recomiendan que los hombres comiencen a prestar atención a su salud prostática a partir de los 50 años. Sin embargo, si tienes antecedentes familiares de cáncer de próstata, es aconsejable iniciar los controles desde los 45 años.
El autoexamen puede realizarse una vez al mes. No obstante, es fundamental complementarlo con chequeos médicos regulares, que incluyan pruebas como el antígeno prostático específico (PSA) y el tacto rectal profesional, para una evaluación más completa.

La importancia de la detección temprana
Detectar el cáncer de próstata en sus etapas iniciales aumenta las posibilidades de un tratamiento exitoso. Según estudios, la prueba de PSA puede reducir la mortalidad por cáncer de próstata en un 21% y el riesgo de metástasis en un 42%.
Además, tecnologías avanzadas como la biopsia por fusión, que combina imágenes de resonancia magnética y ecografía transrectal, han mejorado la precisión en el diagnóstico, permitiendo detectar cánceres potencialmente agresivos de manera temprana.
El autoexamen de próstata es una herramienta útil para la detección temprana de posibles anomalías. Sin embargo, no debe reemplazar las revisiones médicas periódicas. Combinar ambas prácticas puede ser clave para mantener una buena salud prostática y prevenir problemas mayores.














