


El Vaticano confirmó la apertura de una investigación canónica contra Rafael Zornoza, actual obispo de Cádiz y Ceuta, acusado de abusar sexualmente de un menor en la década de 1990. Según la denuncia presentada ante el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, los hechos habrían ocurrido cuando Zornoza era rector del Seminario Mayor del Cerro de los Ángeles, en la diócesis de Getafe, y el denunciante tenía entre 14 y 18 años.
El testimonio del denunciante, publicado por El País, describe una situación de abuso continuado a lo largo de varios años. La víctima relató que decidió presentar la denuncia ante el Vaticano tras conocer la política de tolerancia cero impulsada por el papa Francisco.
El Vaticano investiga al obispo de Cádiz por presuntos abusos sexuales a un menor
La Santa Sede confirmó la apertura de un proceso de investigación preliminar por posibles delitos de pederastia, conforme a los protocolos canónicos vigentes. El propio obispo Zornoza, de 76 años, negó los hechos, aunque anunció que suspende temporalmente su agenda pública para colaborar con el proceso y “favorecer el esclarecimiento de la verdad”.

Según fuentes eclesiásticas, el caso de Zornoza es el primer proceso de este tipo en España contra un obispo en activo, un hecho inédito que vuelve a poner en el centro del debate el alcance de las reformas impulsadas por el papa Francisco en materia de abuso clerical.
La diócesis de Cádiz y Ceuta emitió un comunicado en el que aseguró que el obispo “nunca ha cometido abusos ni comportamiento impropio alguno” y que confía en que la investigación “acreditará su inocencia”.
Por su parte, el denunciante explicó que durante años no habló por miedo ni vergüenza, pero que decidió acudir a Roma tras ver que otras víctimas en España habían encontrado respaldo institucional.
Reacciones del Vaticano y la Conferencia Episcopal Española
La Conferencia Episcopal Española (CEE) calificó la denuncia de “verosímil” y expresó su “dolor y compromiso con la búsqueda de justicia y reparación”. En un comunicado posterior, pidió respetar la presunción de inocencia de Zornoza, aunque reiteró que la Iglesia debe “investigar todos los casos sin excepción”.
La Santa Sede, por su parte, designó a un investigador delegado que trabaja junto al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, organismo encargado de los casos de abusos sexuales en el clero. Este procedimiento podría derivar en un proceso penal canónico y, en función de las pruebas, en una posible sanción eclesiástica o dimisión forzada del obispo.
La noticia ha generado una fuerte repercusión dentro y fuera de los círculos religiosos. Organizaciones de víctimas de abusos en la Iglesia valoraron positivamente la actuación del Vaticano, pero advirtieron que este caso “no debe quedar en un expediente interno” y reclamaron que la justicia civil también investigue los hechos.
La investigación canónica sigue su curso y se espera que las primeras conclusiones lleguen en los próximos meses. En paralelo, el caso ha reabierto el debate sobre la rendición de cuentas dentro de la Iglesia española y el papel del Vaticano en los casos de abuso clerical que siguen sin resolverse décadas después.














