

En las profundidades de la selva tropical de Ituri, en la República Democrática del Congo, habita un mamífero que, a primera vista, parece una fusión entre una jirafa y una cebra. Su apariencia inusual lo ha convertido en una de las especies más intrigantes de la fauna africana. Sin embargo, esta rareza no lo ha protegido de los peligros que amenazan su existencia.
El okapi (Okapia johnstoni) es unanimalsolitario y esquivo que enfrenta graves problemas debido a la deforestación y la caza furtiva. A pesar de los esfuerzos de conservación, su población sigue disminuyendo, lo que lo ha llevado a figurar en la lista de especies en peligro de extinción.
Un híbrido visual en peligro: cómo es este mamífero
El okapi es una criatura única que combina rasgos de diferentes especies. Su cuerpo recuerda al de una jirafa, pero con un cuello mucho más corto y robusto, lo que le permite moverse con facilidad entre la densa vegetación de su hábitat.

A pesar de su parentesco con la jirafa, lo que más llama la atención son sus patas y su parte trasera, que presentan rayas blancas y negras similares a las de una cebra.
Este curioso aspecto cumple funciones esenciales. Las rayas camuflan al okapi en la selva, ayudándole a evitar depredadores. Además, actúan como una guía visual para que las crías sigan a sus madres en la densa vegetación. Adaptado a un entorno lleno de desafíos, el okapi ha desarrollado habilidades que lo hacen un maestro de la supervivencia.

Características del okapi
Lengua prensil: puede medir hasta 35 cm y es capaz de alcanzar hojas en lo alto de los árboles.
Pelaje oscuro y denso: le ayuda a mezclarse con la sombra de la selva.
Oído agudo: detecta sonidos a gran distancia, lo que le permite evitar depredadores y humanos.
Alimentación variada: consume más de 100 especies de plantas, algunas venenosas para otros animales.
Reproducción lenta: el periodo de gestación es de 15 meses y suele nacer solo una cría por vez.
El okapi es un tesoro de la biodiversidad africana, pero su supervivencia depende de la acción humana. Con programas de conservación en marcha, aún hay esperanza de proteger a este extraordinario mamífero del peligro de extinción.











