

Los problemas de salud en figuras públicas despiertan preocupación y curiosidad. En especial. cuando se trata de miembros de la realeza, el interés se mezcla con un seguimiento casi clínico de cada evolución médica y cada aparición en público.
En los últimos meses, el rey emérito Juan Carlos ha visto comprometida su salud de forma notable, enfrentándose a dificultades físicas que condicionan su día a día. La artrosis avanzada ha pasado de ser un problema ocasional a una limitación constante, limitándole en gran medida su autonomía.
Un dato añade un componente emocional a esta crónica médica. La enfermedad que padece ahora fue también la que provocó el fatal desenlace de su madre, María de las Mercedes de Borbón y Orleans, dejando muchas preguntas sobre el peso de la herencia genética en su situación actual.

Una enfermedad hereditaria y avanzada
Los diagnósticos recientes apuntan a una artrosis en grado avanzado, una afección que erosiona el cartílago de las articulaciones hasta comprometer severamente la movilidad. Fuentes médicas vinculadas a la familia real aseguran que esta dolencia "prácticamente no le permite moverse".
Peor aún, la historia se repite: su madre sufrió la misma enfermedad en sus últimos años, convirtiéndose en un enlace doloroso entre pasado y presente.
Operaciones sin éxito y tratamientos experimentales
Desde 2012, a raíz de una caída en Botsuana, Juan Carlos ha estado sometido a múltiples intervenciones quirúrgicas en caderas y rodillas para paliar los efectos de la artrosis.
Incluso ha recurrido a terapias vanguardistas como la medicina regenerativa con células madre en Suiza, pero los avances fueron limitados y la enfermedad siguió avanzando.
Una enfermedad que le deja casi inmóvil
La artrosis ha llegado a un punto en el que una pierna, en particular la izquierda, está casi inmóvil. Así lo revelan informaciones cercanas a su entorno: "padece una avanzada artrosis que hace que prácticamente no se puede mover. Su pierna izquierda está totalmente inmóvil".

Pilar Eyre, periodista especialista en la realeza española, añade en su crónica que su situación es especialmente frágil: "tiene los huesos frágiles, cualquier golpe o imprevisto hace que tenga que recibir atención médica y está completamente impedido para hacer vida normal".
El peso emocional de repetir el mismo final
Más allá del sufrimiento físico, hay una carga emocional profunda en saber que esta artrosis avanzada fue también el mal que condujo al trágico final de su madre, quien la padeció hasta quedar postrada y sin posibilidad de caminar.
Esa coincidencia de diagnóstico, más allá de ser médica, reviste el matiz simbólico de repetir un mismo destino y la invisibilidad de una historia familiar que vuelve a manifestarse una generación después.















