

La importancia del pasaporte español va más allá de su función como documento para viajar; es prueba esencial de tu nacionalidad y derechos frente a otros países. Pero ciertas decisiones o errores, incluso no intencionados, pueden poner en peligro su vigencia.
Precisamente, conocer esos motivos es esencial para evitar disgustos. En esta nota descubrirás por qué podrías perder este documento vital y qué pasos evitar para no confrontar una situación que podría despojarte de un derecho fundamental.
Pérdida de la nacionalidad española
La razón más grave que puede llevar a la retirada definitiva del pasaporte es perder la ciudadanía española. Esto puede ocurrir si se adquirió la nacionalidad por residencia o por opción, y se demuestra que se obtuvo mediante fraude, falsedad u ocultación de datos relevantes.

También se aplica si se entra voluntariamente en el ejército o se accede a un cargo político de un país extranjero, pese a la prohibición expresa por parte del Gobierno español.
Desde febrero de 2025, estos supuestos puede suponer no solo perder el pasaporte, sino la nacionalidad. A quienes se vean afectados se les exige residir legalmente en España, manifestar su voluntad de recuperarla y formalizarlo ante el Registro Civil.
Errores administrativos y fraudes en el trámite
Un fallo en tu solicitud puede ser suficiente para que el pasaporte sea retirado. Errores en tus datos personales, como escribir mal el nombre o fecha de nacimiento, pueden invalidar el documento.
Más grave aún es recurrir a fraudes, como presentar información falsa o usar documentos falsificados puede provocar directamente la cancelación del pasaporte.

Declarar un pasaporte como perdido o robado sin motivo puede despertar sospechas y desencadenar una investigación. Si se detecta mala fe, eso podría culminar en la anulación del documento.
No realizar el "Acto de Conservación" si se vive en el extranjero
Quienes hayan nacido fuera de España después del 9 de enero de 1985, sus padres también lo hicieron, y residan en el extranjero pueden perder la nacionalidad española -y, por tanto, el pasaporte- si se no realiza el denominado Acto de Conservación en el Consulado.
Este trámite, que se debe realizar antes de los 21 años, es indispensable para mantener vigente el vínculo con España y evitar sobresaltos que podrían impedirte viajar o acceder a tus derechos como ciudadano español.














