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Tras casi dos siglos de historia, la icónica fábrica de loza La Cartuja de Sevilla ha anunciado el pasado 10 de octubre el cese de su producción y comercialización de manera indefinida. La firma, que desde 1841 vistió las mesas de España y de varias casas reales europeas, se despide tras años de crisis financieras, deudas y embargos que hicieron imposible mantener su actividad.

La noticia, confirmada por la propia compañía mediante un comunicado oficial en su sitio web, ha marcado el fin de una de las industrias más emblemáticas de Andalucía: "Les informamos que, por razones técnicas, nos hemos visto obligados a detener la producción y la comercialización por un plazo no determinado, a la espera del resultado de las actuaciones técnicas y normativas pertinentes".

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Asimismo, agregaron: "Para cualquier consulta, hemos habilitado el correo comunicacion@lacartujadesevilla.com y el número de teléfono 611 27 36 03, con el fin de regularizar la situación en los próximos días. Muchas gracias por su comprensión. Tendrán más noticias nuestras pronto" .

Por su parte, la familia Zapata, propietaria desde 2014, ha intentado mantener en pie el legado de la marca, pero las dificultades económicas, agravadas por la pandemia y el encarecimiento de la energía, precipitaron su cierre definitivo.

La Cartuja de Sevilla: arte, tradición y reconocimiento internacional

Fundada en 1841 por Charles Pickman, La Cartuja de Sevilla nació con la ambición de competir con la prestigiosa loza inglesa. Instalada en el antiguo Monasterio de Santa María de las Cuevas, la fábrica ha desarrollado un estilo propio que combinaba diseño artesanal, calidad y elegancia.

Sus vajillas, decoraciones y juegos de mesa se convirtieron en símbolo del buen gusto, llegando incluso a las mesas de la Casa Real Española y de otras monarquías europeas. A lo largo de los años, la marca ha acumulado premios internacionales y fue reconocida por sus icónicos sellos, que hoy permiten identificar cada pieza como una obra de arte.

Desde mediados del siglo XIX hasta su última etapa, La Cartuja representó la excelencia de la cerámica andaluza, combinando tradición con innovación en cada colección.

¿Cuáles son las causas del cierre de la fábrica?

Pese a los intentos de recuperación emprendidos bajo la nueva dirección, las dificultades económicas se volvieron insostenibles. Según Diario de Sevilla, la empresa acumulaba deudas con Hacienda, la Seguridad Social y el Fogasa que derivaron en un nuevo embargo de casi 800.000 euros.

La falta de liquidez, los efectos de la crisis del Covid-19, el encarecimiento energético y la pérdida de financiación fueron determinantes para que la familia Zapata solicitara la liquidación de la compañía.

Por su parte, el Supremo había fallado a favor de La Cartuja en 2023 en un largo litigio con la Seguridad Social, pero el deterioro financiero ya era irreversible. La maquinaria y los stocks son los únicos activos que quedan, mientras los propietarios aseguran que harán todo lo posible para que los trabajadores reciban las compensaciones correspondientes.

¿Qué pasará con la marca y su legado?

Aunque la producción se ha detenido, el futuro de la marca "La Cartuja de Sevilla" podría seguir otro camino. En 2022, las marcas comerciales fueron vendidas por 800.000 euros a la empresa madrileña Nox Industrial, con una opción de recompra por parte de Ultralta, la sociedad de la familia Zapata.

Las instalaciones, por su parte, pertenecen a otra compañía vinculada al mismo grupo familiar. No obstante, la decisión final sobre el destino del patrimonio y las posibles reactivaciones productivas dependerá del Juzgado Mercantil número 3 de Sevilla.