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Cada vez más personas en España optan por criar gallinas en casa para obtener huevos frescos y reducir su dependencia de los supermercados. Aunque esta práctica parece inofensiva, está regulada por el Real Decreto 637/2021, que exige una serie de requisitos sanitarios y administrativos para las explotaciones avícolas, incluso las de autoconsumo. Incumplir estas normativas puede derivar en sanciones de hasta 3000 euros.

Desde el 1 de enero de 2024, todas las explotaciones avícolas, incluidas las de autoconsumo, deben registrarse en el Registro General de Explotaciones Ganaderas (REGA). Algunas comunidades autónomas, como Madrid, permiten excepciones para explotaciones con menos de 30 gallinas ponedoras. Sin embargo, el desconocimiento de la norma no exime de su cumplimiento ni de posibles multas.

Además del registro obligatorio, los dueños de gallinas deben garantizar condiciones adecuadas de bienestar animal, cumplir con controles veterinarios periódicos y llevar registros sanitarios. No seguir estas pautas puede derivar en sanciones económicas, la clausura de la actividad e incluso la retirada de los animales.

¿Qué requisitos deben cumplir quienes tienen gallinas en España?

Para evitar sanciones, es fundamental que los propietarios de gallinas cumplan con los siguientes requisitos:

  • Registro obligatorio: todas las explotaciones deben inscribirse en el REGA, aunque algunas comunidades eximen a quienes tengan menos de 30 gallinas.

  • Condiciones del terreno: el espacio debe ser adecuado para la actividad ganadera y garantizar el bienestar de los animales.

  • Control veterinario: es obligatorio contar con un veterinario de explotación, quien debe asesorar sobre bioseguridad, sanidad y bienestar animal.

  • Registros sanitarios: cualquier intervención en los animales, como el recorte de pico o la castración de pollos, debe ser documentada y realizada bajo supervisión veterinaria.

Multas y sanciones por incumplimiento

El incumplimiento de la normativa puede derivar en sanciones económicas que oscilan entre los 600 y los 3000 euros. Además, las autoridades pueden clausurar la actividad e incluso retirar los animales en casos graves. Otras consecuencias incluyen:

  • Obligación de regularizar la situación: los propietarios pueden ser requeridos a cumplir con la normativa antes de recibir nuevas sanciones.

  • Restricciones adicionales según la comunidad autónoma: algunas regiones pueden imponer normas más estrictas dependiendo de su legislación específica.

¿Cómo regularizar una explotación de autoconsumo?

Para operar legalmente y evitar sanciones, los dueños de gallinas deben seguir estos pasos:

  1. Inscripción en el REGA: realizar la comunicación previa obligatoria ante la administración correspondiente.

  2. Adecuar el espacio: garantizar que el terreno sea apto para la actividad ganadera y el bienestar animal.

  3. Designar un veterinario de explotación: establecer un plan de visitas zoosanitarias para cumplir con la normativa sanitaria.

  4. Llevar registros sanitarios: documentar cualquier intervención o tratamiento realizado en los animales.

Cumplir con estos requisitos no solo evita sanciones, sino que también garantiza la seguridad y calidad de los huevos producidos para autoconsumo.