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El Titanic, cuyo hundimiento ocurrió hace más de un siglo, todavía mantiene su atractivo. Historiadores, empresarios, oceanógrafos y cazatesoros han pasado décadas explorando los rincones más inaccesibles del océano en busca de restos de esta tragedia marítima.
Robert Ballard, oceanógrafo, logró ubicar los restos del transatlántico en 1985, a 4 km bajo el nivel del mar y a unos 800 kilómetros de la costa canadiense. Sin embargo, la primera expedición subacuática con fines de recuperación de objetos no se llevó a cabo hasta dos años después.
Hoy -a partir de una reseña publicada por la casa de subastas Balclis, ubicada en Barcelona-, te contamos los hallazgos más importantes. queremos presentarles algunas de las reliquias más valiosas que se han encontrado y que han sido objeto de subastas y de deseo para los coleccionistas más destacados a nivel mundial.
Joyas de diamantes
Seguramente recordarán el famoso collar "Corazón de la Mar" que lucía Rose en la película Titanic. Aunque ese collar es una creación de ficción, se halló una joya algo similar durante una de las expediciones: un colgante con una pequeña piedra azul que perteneció a Kate Phillips, una pasajera de 19 años. Este hallazgo inspiró la historia de amor de James Cameron en su película.

A lo largo de los años, se han recuperado numerosas joyas, lo que es coherente con el hecho de que muchos de los pasajeros eran de alta sociedad. Entre estas joyas, destaca una colección de pulseras de oro con incrustaciones de diamantes, una de las cuales lleva el nombre de "Amy" grabado. Estas joyas fueron vendidas por 1,7 millones de euros.
El violín de Wallace Hartley
El violín que Wallace Hartley, director de la orquesta del Titanic, tocó para calmar a los pasajeros mientras el barco se hundía, se subastó en 2013 por un valor de 1,5 millones de euros.

Este violín, hecho en Alemania, se encontró dentro de una funda de cuero atada al cuerpo de Wallace, quien murió junto a sus compañeros músicos durante el naufragio. En el violín se puede leer una pequeña inscripción que indica que fue un regalo de su prometida, María Robinson. Aparentemente, Wallace nunca se separó de este regalo que le hizo su amada en 1910, quizás como un símbolo del compromiso que nunca llegó a ser.
Plano naval
Tras el desastre del Titanic, se realizaron muchas investigaciones para determinar las causas de la tragedia. En 1912, los arquitectos navales de White Star en el Reino Unido dibujaron varios planos del barco, y uno de ellos se ha convertido en una valiosa pieza de memorabilia.

Este plano, fechado el 1 de mayo de 1912 y sellado por el astillero Harland and Wolff, sirvió para identificar diferentes puntos del barco. Contiene varias anotaciones, incluyendo una marca en la caldera número 6, el punto de impacto con el iceberg, y en las diferentes cámaras que no lograron mantenerse herméticas, lo que resultó en el hundimiento del "insumergible". Este plano técnico de más de 9 metros de largo fue adquirido por 308.000 euros.

Abrigo de piel
De todo el naufragio, solo se recuperó una prenda de vestir: un abrigo largo de piel de castor que perteneció a Mabel Bennet, una azafata de primera clase. Mabel regaló el abrigo a su sobrina antes de morir a los 96 años, acompañado de una carta en la que describía cómo se puso el abrigo para protegerse del frío mientras esperaba un bote salvavidas. En la subasta, este abrigo en perfecto estado se vendió por 215.390 euros.

Reloj de bolsillo
Entre los primeros objetos encontrados en el Titanic, uno de los más emblemáticos fue un reloj de bolsillo de oro que perteneció a Edmund Stone, un camarero del barco. El reloj marca las 2:16, posiblemente el momento en que Edmund cayó al Atlántico.

Además del reloj, se devolvieron a la familia un juego de llaves para las cabinas E1 - E42 de primera clase, el recibo de un mayordomo, un lápiz y una carta a su esposa. En 2008, la familia decidió vender estos objetos, obteniendo un total de 267.000 euros, de los cuales 130.000 fueron por el reloj de bolsillo.















