

En los últimos días, Woody Allen ha vuelto al centro de la discusión pública debido al fallecimiento de Diane Keaton, quien supo ser su amiga, musa y actriz protagonista en varias de las películas más populares del director nacido en Nueva York.
En redes sociales, la muerte de la actriz golpeó con fuerza a la comunidad cinéfila y Allen la despidió con un emotivo ensayo publicado en Free Press. "A diferencia de cualquier persona que el planeta haya experimentado o que es poco probable que vuelva a ver, su rostro y su risa iluminaban cualquier espacio en el que entraba", detalló el director de Annie Hall y Manhattan, entre otras.
Otra noticia que se ha viralizado durante las últimas semanas es la adquisición por parte de Allen deuna mansión en España. En 2007 el director rodó "Vicky Cristina Barcelona" y no imaginó que la ciudad acabaría convirtiéndose en parte de su historia personal. Ahora, más de 18 años después, ha adquirido una casa modernista en el barrio de Gràcia, una de las zonas más auténticas y bohemias de Barcelona.

Los motivos de Woody Allen para comprarse una casa en España
Durante la filmación protagonizada por Javier Bardem y Penélope Cruz, que le valió a la actriz madrileña el Oscar, Allen quedó fascinado con la ciudad de Barcelona. Su arquitectura modernista y el magnetismo de su escena de jazz lo encandilaron y es por eso que el director ha decidido dar un paso más en su idilio con la capital catalana: adquirir una mansión modernista.
"Su carisma ha rejuvenecido mi cine. Yo sigo teniendo los mismos achaques", confesó años más tarde del estreno el cineasta. Allen quedó enamorado de una urbe que considera una de las pocas "buenas ciudades del mundo, como Roma, París o Londres".
La nueva casa de Woody Allen en Barcelona
La mansión adquirida por Woody Allen es considerada como un auténtico tesoro arquitectónico, que combina el estilo de las masías catalanas con influencias del Art Nouveau. La residencia, construida en 1917 por el arquitecto Enric Sagnier y restaurada con esmero por la familia de Juan Ignacio Peró, ocupa una parcela de 1.600 metros cuadrados.
Aunque se desconocen imágenes del interior, las fuentes apuntan a que mantiene una estética fiel al modernismo catalán. Cuenta con siete dormitorios, siete baños, techos de más de cuatro metros de altura, suelos de mosaico hidráulico y detalles modernistas como cerámica decorativa. Según los antiguos propietarios, el director "se enamoró nada más verla".
Su mezcla de masía catalana con detalles florales y art nouveau encarna todo lo que lo fascina del modernismo: la luz natural y el romanticismo artesanal que representan a Barcelona.
La conexión emocional de Woody Allen con Barcelona
Desde su primera visita, el cineasta no ha dejado de confesar su devoción por la ciudad. "Si estuviera sentado en casa y tuviera una idea que fuera buena para Barcelona, estaría muy contento, porque es una ciudad genial, con mucha energía, con mucha cultura y mucha arquitectura y pintura", explicó mientras rodaba la película.
Se puede afirmar que su nueva casa no es solo una adquisición inmobiliaria, sino un símbolo de conexión emocional con Barcelona. La ciudad española lo inspiró, rejuveneció y le regaló una de sus películas más luminosas.
De esta manera Barcelona se confirma como una de las grandes ciudades culturales y cinematográficas del país y de Europa. Sus calles han sido escenario de películas de Pedro Almodóvar, Brad Anderson o Tom Tykwer y ahora, con Woody Allen como nuevo vecino, la ciudad reafirma su magia que atrae a millones de artistas a nivel internacional.









