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La decisión ya es oficial. El Corte Inglés ha anunciado el cierre definitivo de dos de sus centros más emblemáticos en la Comunidad de Madrid: los establecimientos outlet de Vista Alegre (Carabanchel) y Boadilla del Monte. El movimiento se enmarca en una reconfiguración profunda de su modelo comercial, marcada por la necesidad de optimizar recursos, reducir costes fijos y competir en un mercado donde las ventas online ganan terreno a los espacios físicos.

Este no es un caso aislado. En los últimos años, la compañía ha cerrado varias ubicaciones en la capital y su entorno, como los centros de Rivas-Vaciamadrid, Méndez Álvaro, Leganés, Alcorcón y La Vaguada, lo que muestra un patrón claro: El Corte Inglés está dejando atrás parte de su histórico despliegue urbano para concentrarse en los puntos más rentables y reforzar su presencia digital.

El Corte Inglés de Vista Alegre: adiós a un clásico del sur madrileño

El outlet de Vista Alegre tenía más de 25 años de historia. Abrió sus puertas en 1999 con una superficie de 12.000 metros cuadrados y se convirtió en un punto de referencia para el sur de Madrid. Con los años, el flujo de clientes fue disminuyendo, hasta quedar obsoleto frente a las nuevas dinámicas de consumo. El espacio, que aún alberga un supermercado Hipercor, cerrará de forma escalonada.

Un caso similar se repite en Boadilla del Monte, donde el centro también ofrecía servicios complementarios como Viajes El Corte Inglés u Óptica 2000, que serán clausurados. En ambos casos, la compañía mantendrá abiertos de momento los supermercados Supercor, pero la tendencia es clara: reducir la superficie comercial física y dar paso a modelos más eficientes.

Según explicó la empresa, esta estrategia responde a una lógica de adaptación a los nuevos tiempos. Las tiendas outlet, especializadas en productos de temporadas pasadas a precios reducidos, han perdido atractivo frente a las promociones constantes que ofrece el canal online y la comodidad de comprar desde casa.

Amazon, Shein y la presión digital

El auge de los gigantes del comercio electrónico, como Amazon, Zalando o Shein, ha transformado la forma en que los españoles compran. Según datos del INE y el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, más del 70% de los consumidores en España realizan compras por internet con regularidad, y el porcentaje sigue creciendo año tras año.

Esto ha obligado a El Corte Inglés a invertir en su plataforma digital, mejorar la logística y explorar nuevas alianzas estratégicas. A modo de ejemplo, recientemente la compañía firmó un acuerdo con Alibaba para reforzar su canal en Asia, y mantiene conversaciones para optimizar sus sistemas de entrega exprés y recogida en tienda.

El cierre de locales no implica una retirada de la empresa, sino una reorganización. Fuentes del grupo señalan que se trata de una redistribución inteligente de recursos, enfocada en mantener los centros con más rentabilidad y convertir otros espacios en puntos logísticos o mixtos.

¿Qué pasa con los trabajadores?

Uno de los puntos que más inquietud genera ante este tipo de cierres es la situación del personal. En los casos anteriores, El Corte Inglés ha optado por recolocar a la mayoría de los empleados en otros centros del grupo o, en algunos casos, ofrecer salidas pactadas. Para estos dos nuevos cierres, se espera una fórmula similar, aunque aún no se han hecho públicos los detalles del proceso de reubicación.

El sindicato Fetico, mayoritario en la empresa, ya ha pedido que se priorice la estabilidad laboral de las plantillas afectadas. Según el medio El Confidencial, se estima que unas 150 personas trabajan actualmente en los centros de Vista Alegre y Boadilla, entre personal fijo y eventual.