

El mercado inmobiliario español ha entrado en 2025 con un ritmo creciente, según el último informe de CaixaBankResearch. El análisis proyecta un incremento del precio de la vivienda del 9% en el conjunto del año, lo que representa una aceleración significativa respecto a las previsiones anteriores.
La entidad atribuye este fenómeno a una combinación de factoresfinancieros, económicos y demográficos que consolidan una etapa expansiva en el sector.
Una demanda fortalecida por múltiples factores
La recuperación del poder adquisitivo, junto con la caída de los tipos de interés, ha creado un entorno propicio para la adquisición de inmuebles. La financiación hipotecaria resulta más accesible, y el crédito para la compra de vivienda creció más de un 35 % en términos interanuales durante el primer trimestre.
A esto se suma la percepción de que los precios seguirán aumentando, lo que lleva a muchos a adelantar decisiones de compra.

Además, el interés de compradores extranjeros por establecerse o invertir en España añade presión sobre la demanda. Este fenómeno se concentra especialmente en zonas costeras y urbanas, donde la competencia por adquirir propiedades ha empujado los precios al alza.
El informe señala que, aunque las condiciones económicas mejoraron, la vivienda se encarece más rápido que los ingresos de los hogares, lo que agrava el problema de accesibilidad.
¿Puede la oferta responder al crecimiento de la demanda?
El primer trimestre del año registró un repunte en los visados para obra nueva, con un aumento interanual del 19,4 %. Esta mejora sugiere una reacción inicial del sector constructor frente al auge de la demanda.
Sin embargo, los expertos de CaixaBank advierten que el volumen de nueva oferta sigue lejos de cubrir el déficit acumulado de viviendas desde 2021, estimado en unas 500.000 unidades.

A pesar del impulso observado, las dinámicas del mercado indican que la respuesta de la oferta será lenta y limitada. Los plazos de construcción, las restricciones urbanísticas y los costes crecientes de materiales y mano de obra continúan representando obstáculos.
Esta situación perpetúa el desajuste entre oferta y demanda, y alimenta la presión inflacionaria sobre los precios de la vivienda.
¿Qué implicaciones tiene esta subida para la accesibilidad?
La escalada de precios prevista para 2025 superará el crecimiento de la renta disponible de los hogares, lo que provocará un deterioro de los indicadores de accesibilidad.
Según CaixaBank Research, las familias necesitarán destinar una mayor proporción de sus ingresos a la compra de vivienda, un fenómeno que podría ensanchar la brecha entre quienes pueden acceder al mercado y quienes quedan excluidos.
El contexto plantea desafíos para las políticas públicas, que deberán buscar mecanismos para facilitar el acceso a la vivienda sin frenar la actividad del sector.
Expertos sugieren reforzar la vivienda asequible, impulsar el alquiler y mejorar los incentivos para el desarrollo urbanístico.
Mientras tanto, la tensión entre precios y capacidad adquisitiva seguirá marcando la evolución del mercado residencial y causando incertidumbre en la población.








