

En un panorama global marcado por laguerra comercial entre China y Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado sus previsiones económicas para Europa. Mientras la mayoría de las grandes economías avanzadas ven un ajuste en sus expectativas, España se destaca como el único país del continente con un pronóstico de crecimiento.
A pesar de los desafíos derivados de la guerra de aranceles, España presenta una notable resistencia. El FMI ha elevado sus estimaciones para el crecimiento de la economía española, situándolo en un 2,5% para este año, lo que se aleja del estancamiento previsto para otras potencias europeas como Alemania o Francia.
España: el país de Europa con previsiones de crecimiento según el FMI
A diferencia de otros países avanzados, España ha recibido una mejora en las proyecciones económicas del FMI, que prevé un crecimiento de su PIB de un 2,5% para este 2025. Esta revisión positiva es un contraste con países como Alemania, cuya previsión se sitúa en un 0%, y Francia, con un crecimiento proyectado del 0,6%.

Según el FMI, la economía española se beneficia de un crecimiento superior al previsto en 2024, que fue del 3,2%, y de factores adicionales como la reconstrucción tras las recientes inundaciones provocadas por la DANA.
No obstante, la vicedirectora de Investigación del FMI, Petya Koeva Brooks, ha señalado que, aunque España muestra una mayor fortaleza en comparación con sus vecinos, no es inmune a los efectos negativos de la guerra comercial y la incertidumbre global.
La nación sigue viéndose afectada por los aranceles impuestos y las tensiones comerciales, aunque su robusta demanda interna y el aumento de los salarios reales proporcionan un impulso adicional que contrasta con la debilidad que experimenta el resto de Europa.
Nuevos riesgos para el país de Europa en crecimiento
Aunque las perspectivas a corto plazo para la economía española son favorables, el entorno internacional continúa marcado por riesgos crecientes que podrían alterar esta tendencia.
El FMI advierte que la escalada de tensiones comerciales y geopolíticas podría afectar de forma desigual a los países, y España, pese a su buen desempeño actual, no es la excepción.

La dependencia de los flujos comerciales globales y la posible fragmentación tecnológica entre bloques económicos suponen amenazas reales que podrían poner a prueba la resistencia mostrada hasta ahora.
El organismo con sede en Washington también alerta sobre los efectos de una desaceleración prolongada si se profundiza la desglobalización económica.
La economía española ha demostrado capacidad de adaptación en situaciones adversas, pero necesitará mantener una política económica sólida y flexible para resistir choques externos que escapan a su control directo.












