

"Fracaso" es la palabra que más se lee y escucha. "Fiesta", dijo esta mañana el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno. Lo cierto es que la OPA hostil que lanzó BBVA sobre el Sabadell, hace ya 17 meses, concluyó con un tremendo KO.
En el segundo intento de la entidad vasca por hacerse con su rival catalán sólo el 25,33% del capital de Banco Sabadell acudió al canje ofrecido por BBVA. O dicho de otro modo: de cuatro accionistas sólo uno acudió a la propuesta del banco que preside Carlos Torres Vila. En concreto, ese poco más del 25%, representa un porcentaje muy inferior del 30% que BBVA se fijó como umbral irrenunciable y mucho más lejos aún del 50% al que condicionó el éxito de la operación.

Si bien aún es muy temprano para sacar conclusiones definitivas, no es inapropiado arriesgar que la posición de Torres Vila queda muy debilitada. Es verdad que el consejo de administración y la asamblea de accionistas apoyaron desde el inicio la jugada del presidente del banco, también lo es que el mercado, e incluso la opinión pública - que siguió el proceso como si de una trama de suspense se tratase - personalizó la jugada en Torres quien, esta mañana aclaró que no va a dimitir por el revés de la operación.
"Mi continuidad no depende del resultado del proceso", afirmó en una rueda de prensa junto al consejero delegado de la entidad, Onur Genç. "No es el resultado que esperábamos, pero lo respetamos y cerramos este capítulo", añadió.
Desde la acera de enfrente, la dupla conformada por Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell, y su primera espada, González-Bueno, además de salir muy fortalecidos del embate al que se vio sometido su banco, "el fin de la OPA es el mejor camino para ambas entidades, que generan más valor por separado que juntas", sostuvo Oliu, están ahora en una posición desde la que incluso pueden plantearse fusiones alternativas.
Aunque, y siguiendo esta línea argumental, no hay que olvidar que Banco Sabadell sale de la OPA hostil más pequeño con la venta de la filial británica TSB al Banco Santander, maniobra defensiva que le permitió anunciar un dividendo extraordinario de 2500 millones de euros a sus accionistas. Sin duda una jugada arriesgada como altamente exitosa si se tiene en cuenta que los inversores minoritarios se volcaron mayoritariamente por mantener la independencia del banco.
Factores determinantes
Es innegable que la oferta de BBVA resultó rácana por la baja aceptación que logró. También que la posibilidad - dada por segura antes que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) diera a conocer el resultado definitivo del canje - de continuar el litigio a través de una segunda OPA, alternativa en parte desechada por Torres Vila con el argumento de que el banco no podía aumentar el precio de la oferta, no entusiasmo a los accionistas de la entidad catalana, entre otros motivos por la incertidumbre que esa opción podía acarrear.
De hecho, entre los motivos que pudieron jugar en contra de BBVA, Torres Vila destacó, en primer lugar, "la incertidumbre sobre una segunda OPA", que el banco se habría visto obligado a lanzar si hubiese conseguido al menos un 30% de aceptación: "Pudo haber influido en el comportamiento de los accionistas del Sabadell", reconoció.
Aunque, añadió, "es una pura hipótesis" porque es erróneo descansar en una segunda OPA incierta, hipotética". Para enseguida lanzar una pulla: "y de hecho no produjo, por lo que algunos ahora se van a quedar sin ambas".
Mientras tanto, González-Bueno tras admitir que en el banco esperaban que la OPA no prosperara, aunque de acuerdo a sus estimaciones el resultado estaría "rozando el poste", más cerca del 30% que daba la opción de lanzar una opa obligatoria, y no "tan por debajo", con ese 25,47%, subrayó que "si restamos algunos arbitrajistas que es la parte más especuladora, y restamos a David Martínez (principal inversor individual que sí acudió al canje), el apoyo fue mínimo".
Ese "apoyo mínimo", en palabras del CEO, comenzó a intuirse con el resultado de la primera OPA que contribuyó un 1,1% de los accionistas individuales de Banco Sabadell, "que además son nuestros clientes", resaltó el ejecutivo.
Por su parte, el presidente de Banco Sabadell afirmó que desconocía la posición de los fondos de inversión y que, a su juicio, el gran apoyo de los accionistas que son clientes fue definitivo también para acabar de convencer a los fondos: "No se puede hacer algo contra los clientes", argumentó.
Asimismo, el manejo emocional que Oliu hizo en todos estos meses contribuyó notablemente para que los minoritarios renueven su confianza en el banco. Pero no sólo jugar con la "catalanidad", resultó determinante. También la carta política apuntaló los argumentos de Banco Sabadell como debilitó la posición de los vascos.
Apoyo político
El Ejecutivo de Pedro Sánchez adoptó una posición de fuerte apoyo a la defensa de mantener la independencia de Banco Sabadell. Apurado como está de mantener para su propia subsistencia la alianza con las agrupaciones nacionalistas e independentistas catalanas, como así también con los sindicatos, tanto de trabajadores como de empresarios, movió todo lo que pudo para colocar piedras en el camino a BBVA.

Si bien el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, mostró su "total respeto a la decisión de los accionistas del Banco Sabadell", no se puede obviar en el análisis de las causas que llevaron el fracaso de la OPA hostil el endurecimiento de las condiciones por parte del Gobierno.
El Consejo de Ministros impuso a principios del verano exigencias adicionales a la operación como la autonomía de gestión durante tres años (que podrían llegar a cinco), el mantenimiento del empleo y la garantía de financiación a pymes. Medias que defendió Cuerpo como "proporcionadas y equilibradas".
En cuanto a los organismos supervisores, la CNMV, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), además del Banco de España, que el ministro definió como "actuación impecable de todos los supervisores y autoridades involucradas en el proceso", tampoco le facilitaron el camino al BBVA, sobre todo la CNMC al pasar a la Fase 2 la operación.
Menos cauto a la hora de disimular su satisfacción por el fracaso de la OPA hostil, se mostró el presidente de la Generalitat, Salvador Illa. "Nosotros apostábamos por mantener las dos entidades financieras separadas, así que pensamos que es una buena noticia". Enseguida añadió que más allá de razones económicas, "mi impresión es que hubo razones no estrictamente económicas".
El fuerte apoyo que BBVA esperó del País Vasco mutó en un tibio acompañamiento. El lendakari y miembro del PNV, Imanol Pradales optó por ponerse de perfil lo mayor posible. Esta postura obedece a que si bien el origen del BBVA es vasco, la evolución de la entidad la convirtió en un jugador global alejándose de la tierra que lo vio nacer.
Así las cosas, y ahora que toca el retorno a los cuarteles, González-Bueno se negó a valorar la actuación de la CNMV. "No nos corresponde opinar sobre la actuación del supervisor, confiamos plenamente en los supervisores y seguro que tomaron las decisiones que creyeron oportunas para velar por el buen funcionamiento de los mercados", dijo.
Cómo reacciona la Bolsa
Pocas veces hubo tanta ansiedad en que abran los mercados como esta mañana. Inversores, analistas y observadores no ocultaron la curiosidad en saber cómo reaccionaría el mercado bursátil, verdadero termómetro del humor de los mercados.
La acción de BBVA sube a las 15:00 horas un 7,37%. En tanto, los títulos de Banco Sabadell caen un 6,32%, llegando a desvalorizarse durante la mañana un 7,25%.
Mientras los motivos de la subida de BBVA están claros, aquellos que explican el descenso de Banco Sabadell lo están a medias. Veamos.
Los accionistas e inversores celebran que los vascos no tengan que pagar un precio excesivo, como hubiese sucedido en caso de acudir a la segunda OPA. Además, para muchos de ellos, el crecimiento orgánico del banco a través de la operación propuesta por Torres Vila no les terminó de convencer.
Mucho más, en cambio, la continuidad del Plan Estratégico de BBVA y los ambiciosos objetivos financieros asociados que mantendrán a la entidad a la cabeza de la banca europea en crecimiento y rentabilidad.
En concreto, ayer por la noche, la entidad anunció que como parte del Plan Estratégico, "BBVA retoma de manera inmediata su plan de retribución al accionista: el 31 de octubre iniciará la recompra de acciones pendiente de cerca de 1.000 millones de euros; el 7 de noviembre pagará el mayor dividendo a cuenta de su historia (0,32 euros por acción), por un total de aproximadamente 1.800 millones de euros".
Asimismo, también afirmó que en cuanto reciba la aprobación del Banco Central Europeo (BCE), pondrá en marcha una significativa recompra de acciones adicional.
El caso de Banco Sabadell es más complejo, tanto que es necesario esperar cómo se comportan sus títulos en las siguientes sesiones para poder determina si esta caída del 6,32% obedece a una toma de ganancias por parte de los inversores o un reacomodamiento del valor de la acción, ahora que se descartó una segunda OPA con la obligatoriedad de realizar un pago en efectivo.
Así pues, también podríamos estar en las vísperas de un triunfo (pírrico) de BBVA, ya que durante todo el proceso argumentó que la revalorización de Banco Sabadell estuvo empujada por la OPA hostil, y en caso de fracasar ésta, la acción buscará su verdadero precio de mercado.
Renta 4 y Jefferies
La valoración que hace el banco de inversión español, es positiva "y deberíamos ver una reacción al alza de la cotización de BBVA, en la medida en que se elimina el riesgo de mayor consumo de capital y posible ampliación de capital ante una potencial segunda OPA en efectivo".
También aprueba la comunicación que habla de retomar la política de dividendos anunciada con un programa de recompra de acciones adicional.
"Recordamos que los objetivos financieros a 2028 muestran una tendencia de crecimiento de ingresos apoyada por las distintas franquicias, recogiendo el dinamismo comercial esperado, ganando escala en todos los segmentos de empresas, el control de los gastos de explotación y la mejora prevista del perfil de riesgo".
De forma complementaria, añade, la gestión del balance para hacer un uso del capital óptimo y el mayor aumento de la base de clientes, la gestión de los diferenciales, y el foco en negocios generadores de comisiones "también actuarán de apoyo a la consecución de los objetivos". Y fija el precio objetivo en 16,91 euros la acción. Los títulos de BBVA se están comercializando a 16,87 euros.
Jefferies sube el precio objetivo a 17,7 euros, esto es una valoración un 5% superior a la que estima el consenso de mercado y que supone darle a BBVA un potencial del 12,5% desde los niveles de cierre del jueves.













