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Los impuestos sobre herencias y donaciones son tradicionalmente uno de los temas fiscales más debatidos en España. Muchos ciudadanos consideran que ese tributo es una carga injusta y proponen su supresión o modificación profunda.

En medio de ese debate, el economista Gonzalo Bernardos ha publicado en sus redes sociales que el impuesto de sucesiones no debe calificarse como un "impuesto a la muerte".

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En una serie de tuits argumentó que "el muerto ni recibe ni paga nada" y cuestionó las narrativas que, según él, exageran el gravamen. El especialista defendió que ese impuesto reviste una función de redistribución y recaudación justa dentro del sistema fiscal español.

El verdadero alcance del impuesto de sucesiones

Bernardos sostiene que la denominación "impuesto a la muerte" es un recurso retórico erróneo. Como expresó en su cuenta de X: "El impuesto de sucesiones no es ningún impuesto a la muerte, pues el muerto ni recibe ni paga nada. Lo hacen sus descendientes, si en España heredan un gran patrimonio".

En su visión, ese tributo recae sobre los herederos que reciben patrimonio que no han generado directamente. En otras palabras, no grava la muerte en sí, sino la transmisión gratuita de bienes. Bernardos cuestiona que muchos discursos lo presenten de forma metafórica y promete que esa confusión favorece a quienes se oponen a su aplicación.

Además, señaló que el gravamen no incurre en doble imposición, ya que el impuesto de sucesiones grava la transmisión de bienes. "En el IRPF se grava la obtención de ingresos y en el de sucesiones la transmisión de riqueza", apuntó.

Quiénes pagan realmente este impuesto

Según Bernardos, la carga del impuesto de sucesiones recae de forma mayoritaria sobre patrimonios elevados. "Aunque lo diga la derecha una y otra vez, los herederos de las familias obreras no pagan impuesto de sucesiones en España", indicó.

En su caso, reconoce que muchas herencias de menor cuantía o bienes con reducciones fiscales quedan exentas o con gravámenes reducidos según la comunidad autónoma.

Bernardos advierte que su defensa no es absoluta: considera que las herencias modestas también deberían estar protegidas. "Me parece muy mal que lo paguen los que heredan un piso y algo de dinero...".

También ha dicho que, si se eliminara este impuesto, las principales perjudicadas serían las clases medias y sectores dependientes de servicios públicos financiados con impuestos.

Contexto normativo y desigualdades territoriales

El impuesto de sucesiones y donaciones en España está regulado por la Ley 29/1987 y su reglamento, pero las comunidades autónomas tienen competencias para bonificaciones, reducciones y tipos aplicables.

Por ello, en algunas comunidades las herencias pequeñas están prácticamente exentas, mientras que en otras se mantienen tipos más gravosos. Bernardos denuncia que esta heterogeneidad genera desigualdades fiscales entre ciudadanos de distintas regiones por un mismo hecho sucesorio.

Además, en declaraciones recogidas por medios, defendió el carácter progresivo del impuesto: "el impuesto de sucesiones lo pagan principalmente los ricos y el IVA primordialmente los pobres".