

Conseguir alquiler barato en España es una misión cada vez más difícil, especialmente en ciertas zonas donde los anuncios no duran ni un día. En Girona, una ciudad española ubicada en Cataluña, el 47% de las viviendas en alquiler se retiran de los portales en menos de 24 horas, según un informe de Idealista.
Este fenómeno refleja una presión creciente en el mercado del alquiler, con miles de personas compitiendo por cada piso disponible. Lejos de ser un caso aislado, afecta también a otras ciudades como Lleida, Ávila o Burgos, y pone en evidencia la escasez de vivienda accesible en España.
Girona lidera la lista de ciudades españolas con alquileres exprés
Los datos publicados por Idealista revelan una tendencia preocupante: el 47% de los anuncios de alquiler en Girona se eliminan del portal en menos de 24 horas.

Esta ciudad española, situada en el noreste del país, encabeza el ranking nacional en velocidad de contratación de viviendas. En Lleida, la situación también es crítica, con un 36% de anuncios que desaparecen en cuestión de horas.
A estas capitales se suman otras como Ávila, Burgos y Zamora (27%), y también Ceuta, Guadalajara y Teruel, con un 25% de viviendas que no llegan al día en línea. En cambio, hay localidades donde la urgencia es menor, como Cáceres (5%), Badajoz (7%) o Segovia (8%), que presentan los niveles más bajos de lo que se conoce como "alquiler exprés".
La falta de alquiler barato tensiona el acceso a la vivienda en toda España
La rapidez con la que desaparecen los anuncios refleja un problema estructural, la escasez de vivienda asequible en muchas zonas del país. El fenómeno afecta a grandes ciudades y también a capitales de provincia donde la oferta es muy limitada y la demanda sigue creciendo.

Esto deja fuera del mercado a perfiles vulnerables, como jóvenes, personas solas o familias con ingresos ajustados, que no pueden competir con quienes presentan avales sólidos o ingresos altos.
El resultado es una mayor desigualdad en el acceso a un alquiler barato en casi cualquier ciudad española, mientras se espera que las políticas públicas den respuesta a un problema cada vez más urgente.












