

En los últimos años, la tarjeta bancaria ha ganado una notable popularidad, logrando desplazar al efectivo como medio de pago habitual. Por ello, es fundamental comparar las ofertas disponibles y examinar atentamente el contrato para conocer los gastos que supone antes de contratar una.
Los bancos ofrecen a los clientes diversas opciones de tarjetas según sus intereses, tales como débito, crédito, revolving, prepago, entre otras. En cada una de ellas se puede observar el nombre de la entidad, la fecha de caducidad, el nombre del titular y otros datos de identificación.

Guía para solicitar una tarjeta bancaria fácilmente
El Banco de España (BdE) aconseja a los usuarios que busquen información exhaustiva, comparen ofertas específicas y analicen minuciosamente el contrato antes de proceder a su firma. Aquellos interesados en obtener este medio de pago deben tener presente que "la entidad está obligada a proporcionar el contrato en formato papel u otro soporte duradero".
En el contrato que el titular deberá firmar, se especifica el tipo de tarjeta que se está contratando. En la actualidad, existe una amplia gama de tarjetas con diversas denominaciones comerciales. "Conocer sus características principales te permitirá seleccionar la opción que mejor se adapte a tus necesidades, en función de los servicios que ofrezca", señala el BdE.
Según la entidad emisora, las tarjetas se dividen en bancarias, no bancarias y de fidelización. Las tarjetas bancarias son emitidas por instituciones bancarias y en España, los movimientos de estas tarjetas son gestionados por Sistemas de Tarjetas y Medios de Pago, S.A., aclara el BdE. Dentro de las tarjetas bancarias, se encuentran las de débito, crédito, revolving y prepago.

Comparativa entre tarjetas de débito y crédito
Las tarjetas más comunes son las de débito y crédito. La diferencia fundamental entre ambas radica en que las tarjetas de débito facilitan el uso de los fondos disponibles en la cuenta del titular -ya sea corriente o de ahorro- a la que están vinculadas. En contraste, la tarjeta de crédito permite realizar pagos o acceder a fondos hasta un límite preestablecido, utilizando crédito -es decir, dinero prestado-. Este importe deberá ser reembolsado dentro de los plazos acordados.
Respecto a las tarjetas de crédito, el Banco de España señala que "tienen las mismas implicaciones que cualquier otro tipo de crédito o financiación: el usuario está obligado a reembolsar el dinero y a abonar los intereses estipulados". Asimismo, el límite de crédito disponible debe estar claramente especificado en el contrato de la tarjeta.
En el caso de las tarjetas de débito, el cargo en la cuenta se efectúa de manera inmediata, mientras que en las tarjetas de crédito, este procedimiento es menos habitual debido a la falta de crédito directo.
- En su lugar, se ofrecen alternativas como abonar el total gastado durante el mes en el primer día del mes siguiente, siempre que haya saldo suficiente; este método generalmente no genera intereses. Otra opción es realizar el pago en cuotas, ya sea un porcentaje del monto utilizado o una cantidad fija.
Adicionalmente, tanto las tarjetas de crédito como las de débito pueden ser contactless o sin contacto. Esto implica que los pagos pueden efectuarse sin necesidad de insertar la tarjeta en el terminal de pago; simplemente se debe acercar la tarjeta al dispositivo. Para transacciones que superen los 20 euros (aumentado temporalmente a 50 euros desde abril de 2020), es necesario ingresar el PIN de seguridad.
Tarjetas revolving: pagos flexibles, pero con altos intereses
Hay otro tipo de tarjetas denominadas revolving, que son una variante de las tarjetas de crédito y ofrecen una flexibilidad en los pagos.
- En este caso, la entidad financiera permite el pago del crédito en cuotas periódicas que varían según el monto utilizado. Según el BdE, "dentro de unos límites prefijados por tu banco, podrás fijar el importe de la cuota".
Sin embargo, es importante prestar atención a las condiciones de este tipo de tarjetas. Su característica distintiva es que la deuda generada por el crédito se 'renueva' cada mes: disminuye con los pagos que realizas a través de las cuotas, pero aumenta con el uso de la tarjeta, así como con los intereses, las comisiones y otros gastos generados, que se financian conjuntamente.
También están las tarjetas prepago o monedero, que permiten realizar pagos, generalmente de pequeñas cantidades, o retirar dinero hasta el límite que has depositado previamente en la entidad emisora. Una vez que el saldo se agota, puedes recargarla nuevamente.












