

Muchos usuarios experimentan frustración cuando su movil comienza a funcionar con lentitud. Aplicaciones que tardan en abrir, pantallas que se bloquean y transiciones que parecen eternas son señales comunes. La primera reacción suele ser pensar que el teléfono quedó obsoleto y que la única salida es comprar uno nuevo.
Sin embargo, la realidad es distinta: en la mayoría de los casos el problema no está en el hardware. Ciertas configuraciones internas, activadas de forma predeterminada, consumen memoria y procesador sin aportar ventajas reales. Una de ellas son las animaciones del sistema, que aunque estéticamente atractivas, suelen ralentizar la experiencia.

Según Avast, desactivar estos efectos "permite liberar ciclos tanto de GPU como de CPU", lo que ayuda a que el celular concentre recursos en las tareas esenciales.
Qué función desactivar para mejorar el rendimiento del celular
Las animaciones del sistema generan transiciones visuales al abrir aplicaciones, cambiar de menú o regresar a la pantalla principal. Aunque aportan dinamismo, también ocupan memoria RAM y capacidad de procesamiento. En teléfonos de gama media o baja, esta carga adicional se traduce en una navegación lenta.
El procedimiento para eliminarlas es sencillo. Basta con activar las Opciones de desarrollador en Android y cambiar tres parámetros:
Escala de animación de ventana.
Escala de transición.
Escala de duración de animación.
Todas deben configurarse en "Animación desactivada" o en "0,5x" para obtener mayor velocidad. Así, el dispositivo redirige su potencia a las aplicaciones prioritarias y la fluidez se recupera de inmediato.

Lo mejor es que este ajuste es reversible. Si en algún momento prefieres volver a disfrutar de los efectos visuales, solo debes reactivar la configuración previa.
Beneficios de desactivar las animaciones en Android
La medida no elimina ninguna función importante del teléfono, solo suprime efectos visuales secundarios. Entre sus principales ventajas destacan:
Acceso más rápido a aplicaciones y menús.
Reducción de la carga sobre el procesador y la memoria RAM.
Mejora de la fluidez general, incluso en modelos antiguos.
Posibilidad de revertir los cambios fácilmente.
De hecho, expertos en foros especializados destacan que "una simple desactivación de animaciones puede devolver a tu equipo la fluidez perdida y prolongar su vida útil sin gastos innecesarios".
Este truco se ha convertido en la recomendación preferida para quienes buscan mejorar el rendimiento sin invertir en reparaciones costosas o en un móvil nuevo.
¿Puede explotar el móvil por sobrecalentarse?
Un celular no explota por desactivar o activar una función de sistema, pero sí puede presentar riesgos de sobrecalentamiento y daño en la batería cuando determinadas configuraciones hacen que el procesador trabaje de forma constante y sin descanso.
Las animaciones y efectos visuales, por ejemplo, obligan al procesador y a la GPU a ejecutar tareas adicionales en cada acción, lo que implica mayor consumo energético. Si a esto se suma poco espacio libre, aplicaciones en segundo plano y una batería deteriorada, el teléfono puede elevar su temperatura interna de forma excesiva.
Ese sobrecalentamiento sostenido deteriora las celdas de litio, que son sensibles al calor. En casos extremos, y cuando la batería ya tiene fallas de fábrica o está físicamente dañada, el calor acumulado puede causar que se hinche, libere gases o incluso llegue a incendiarse.
Por eso, ajustes como desactivar animaciones no solo mejoran el rendimiento, sino que también ayudan a reducir la carga de trabajo innecesaria sobre la batería, prolongando su vida útil y disminuyendo el riesgo de fallos graves.
Otros hábitos clave para acelerar tu celular
Aunque desactivar las animaciones marca una gran diferencia, no es el único paso que ayuda. Mantener actualizadas las aplicaciones desde Google Play Store garantiza compatibilidad y seguridad. También resulta útil liberar espacio interno eliminando apps en desuso o instalando versiones Lite de las más pesadas.
Otro consejo práctico es reiniciar el celular al menos una vez por semana. Al hacerlo, el sistema borra procesos en segundo plano y libera memoria temporal, lo que se traduce en un rendimiento más ágil.
En definitiva, con estas acciones sencillas puedes extender la vida útil de tu teléfono y disfrutar de un mejor desempeño sin necesidad de comprar un modelo nuevo.















