

Un enclave deshabitado en el noroeste de España vuelve a ser noticia. La despoblación rural, que afecta a muchos municipios del interior peninsular, encuentra ahora un caso singular con potencial de cambio.
En Zamora, una pareja de origen estadounidense ha comprado el pueblo abandonado de Salto de Castro con la intención de transformarlo en un centro de turismo rural.
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El nuevo propietario es Jason Lee Beckwith, empresario norteamericano, que junto a su pareja cerró la compra del terreno por una cifra estimada entre 300.000 y 350.000 euros. El poblado se encuentra en los Arribes del Duero, muy cerca de la frontera con Portugal, y destaca por su entorno natural privilegiado.

Un proyecto de reconversión en dos fases
El plan contempla dos fases. Primero, la renovación de la zona de la iglesia y los espacios destinados a la hostelería. En una segunda etapa, se restaurarán las viviendas del pueblo. Según informó el alcalde de Fonfría, Sergio López, se busca mantener la identidad arquitectónica y cumplir con las normas ornamentales de la zona.
El pueblo incluye 44 casas, una escuela, un cuartel de la Guardia Civil, un bar, una iglesia y una hospedería. Esta última contempla un proyecto para ofrecer 14 habitaciones, salón común y lavandería. Todo ello formará parte de un complejo de turismo rural sostenible.
De poblado funcional a pueblo fantasma
Salto de Castro fue construido en los años 50 por la empresa Iberdrola. El objetivo era alojar a los trabajadores que participaron en la construcción de un embalse. Concluidas las obras, las familias se trasladaron y el lugar quedó vacío.
A finales de los años 80, el despoblamiento fue total. Desde entonces, el enclave quedó en desuso, aunque se mantuvo como propiedad privada. En el año 2000, Iberdrola vendió el pueblo, pero el intento de reconversión hotelera nunca se concretó.

Objetivo: atraer turismo global y reactivar la región
La nueva iniciativa busca colocar a Salto de Castro en el mapa del turismo internacional. Gracias a su ubicación dentro del Parque Natural de los Arribes del Duero, el lugar podría captar visitantes interesados en naturaleza, tranquilidad y experiencias rurales.
El proyecto podría servir como modelo para otras zonas afectadas por la despoblación. La llamada “España vaciada” concentra municipios con escasa población y servicios limitados.
La reactivación de estos espacios mediante iniciativas privadas es una de las vías exploradas para combatir el vacío demográfico.













