

Un reciente análisis publicado en la revista estadounidense Newsweek, con la colaboración de académicos del Reino Unido y la participación del Global Future Institute -una entidad dedicada a la investigación geopolítica y escenarios futuros- ha esbozado un mapa hipotético sobre cómo podría reconfigurarse el mundo en caso de que las tensiones globales escalaran hasta una Tercera Guerra Mundial.
El estudio, de naturaleza especulativa, busca prever los riesgos de que las disputas actuales se agraven. Para ello, ha tomado en consideración factores cruciales como los conflictos bélicos en curso, destacando el caso entre Rusia y Ucrania, así como la guerra comercial desatada por Estados Unidos.
Según los expertos, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marcó un incremento significativo en la incertidumbre e inestabilidad económica a nivel internacional. Su política de aranceles ha tenido un impacto considerable en los productos importados de naciones como Argentina, México, Canadá y, de manera más notoria, China.
A esta contienda comercial se suma un clima geopolítico ya tenso por el ataque de Trump a las bases militares nucleares de Irán que podría desatar una guerra entre Estados Unidos y Medio Oriente.
Cómo se repartirían los países si se desata la Tercera Guerra Mundial
El análisis proyecta un escenario en el que las tres principales potencias internacionales -China, Estados Unidos y Rusia- serían los actores centrales en una eventual Tercera Guerra Mundial. Para delinear el destino de cada territorio, los investigadores evaluaron indicadores clave como:
- la interdependencia comercial y financiera entre países y superpotencias
- las tensiones internas que podrían hacer a las naciones más vulnerables a influencias externas
- la capacidad de las superpotencias para proyectar su poder en distintas regiones del planeta.
Este sería el hipotético reparto mundial:
- Estados Unidos: fortalecería su control sobre Canadá, México y Groenlandia, concentrándose en sus intereses políticos y económicos en América del Norte.
- China: ejercería un dominio sobre el Lejano y Medio Oriente, incluyendo países como India, Japón y Tailandia, capitalizando su creciente poderío económico y tecnológico.
- Rusia: ampliaría su influencia sobre Europa, beneficiándose de una percibida desatención estratégica de la administración Trump hacia el continente europeo y la expansión de su propio poder regional.

Este tipo de proyecciones, aunque hipotéticas, subrayan la fragilidad de las relaciones internacionales actuales y la importancia de comprender las posibles ramificaciones de las crecientes tensiones globales.















