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El estudio del cerebro es un campo que fascina a los científicos desde siempre, pues éste es considerado uno de los órganos más complejos del reino animal e investigarlo resulta vital para comprender las enfermedades que lo afectan y mejorar su tratamiento desde el campo de la medicina.

Así, expertos de la Universidad de Harvard realizaron un sorprendente descubrimiento en relación con las emociones y la tendencia a sufrir accidentes cerebrovasculares (ACV). De esta manera, pudieron comprobar que existe un grupo específico de personas que son más propensas a padecerlos.

Qué tipo de personas son más propensas a sufrir un ACV, según Harvard

Un nuevo estudio dirigido por la Escuela de Salud Públcia T.H. Chan de Harvard y publicado recientemente en The Lancet concluyó en que las personas mayores con soledad crónica son considerablemente más propensas a sufrir un ACV.

"Especialmente cuando se experimenta de forma crónica, nuestro estudio sugiere que la soledad puede desempeñar un papel importante en la incidencia de accidentes cerebrovasculares, que ya es una de las principales causas de discapacidad y mortalidad a largo plazo en todo el mundo", afirma Yenee Soh, autora principal de la investigación.

Así, según explica Harvard, este estudio se posiciona como uno de los primeros en observar cómo se asocia la soledad sostenida en el tiempo con el riesgo de padecer este tipo de lesión cerebral.

El estudio que realizaron los científicos para alcanzar estas conclusiones

Para conocer la relación entre estos dos factores, los expertos evaluaron datos recopilados entre 2006 y 2008 pertenecientes a otra investigación -denominada Estudio de Salud y Jubilación-. Durante esos dos años, 12,161 adultos de más de 50 años de edad que nunca habían sufrido de un ACV contestaron una serie de preguntas que los investigadores analizaron para crear una suerte de escala de soledad que les permita clasificar a los participantes.

Pasados cuatro años, 8,936 personas del mismo estudio volvieron a responder las preguntas y, realizando una comparación entre sus respuestas iniciales y las de ese momento, los expertos nuevamente los reubicaron en cuatro grupos en función de su nivel de soledad sostenida en el tiempo.

De esta manera, los investigadores siguieron al grupo desde 2006 hasta 2018, evaluando la cantidad de ACV que sufrieron los participantes en ese período y descartando aquellos factores que podrían ser influyentes, como problemas de salud u otras emociones negativas.

Su conclusión fue que la soledad crónica sostenida en el tiempo está vinculada a mayor riesgo de sufrir ACV, pues mientras que los participantes que sólo fueron clasificados como solitarios al principio tenían un 25% de riesgo más alto que quienes no se consideraban solitarios, los que pertenecían al grupo de soledad sostenida en el tiempo aumentaban sus posibilidades en un 56%.

"Si no abordamos sus sentimientos de soledad, a escala micro y macro, podría haber profundas consecuencias para la salud", afirma Soh. No obstante, los autores indicaron que aún es necesario realizar más investigaciones sobre este campo para comprenderlo en profundidad.