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Aunque parezcan objetos cotidianos, los microondas, televisores, celulares, computadoras, refrigeradores y aires acondicionados pueden contener oro de 22 quilates en sus circuitos y conectores internos.
Su valor radica en las propiedades especiales del metal (alta conductividad y resistencia a la corrosión), y aunque no es visible, puede acumularse a niveles sorprendentes.
En este sentido, grupos de científicos y especialistas de la École Polytechnique Fédérale de Zurich (ETH Zurich) han desarrollado un método innovador y ecológico para extraer este oro oculto usando aero-geles proteicos, lo que abre nuevas oportunidades para el reciclaje responsable de residuos electrónicos.
¿Qué dispositivos cotidianos contienen oro?
El oro de 22 quilates se emplea en componentes críticos como conectores, procesadores, plaquetas electrónicas y paneles de control de varios electrodomésticos.

Entre los más comunes se encuentran microondas, televisores, celulares, computadoras, refrigeradores y aires acondicionados. También pueden hallarse en reproductores, cámaras, consolas y otros aparatos que integran circuitos electrónicos sensibles.
¿Cuánto oro hay y cómo se recupera?
Las cantidades son pequeñas por dispositivo, pero suman potencialmente un valor significativo si se reciclan en masa. Por ejemplo, con 20 placas base de computadoras antiguas, se pudo extraer una pepita de 450 mg de oro de 22 quilates.
Este proceso de recuperación abre la puerta a convertir esos dispositivos en una fuente real de ingreso y sostenibilidad ambiental. Si bien las técnicas tradicionales de extracción pueden ser peligrosas, pero ahora se utilizan métodos innovadores más seguros y eficientes.
Un método ecológico para rescatar este material
El equipo de ETH Zurich desarrolló aero-geles de fibrillas proteicas derivadas del suero de leche que capturan selectivamente iones de oro, evitando químicos tóxicos como mercurio o cianuro y reduciendo el impacto ambiental del reciclaje de residuos electrónicos.
El proceso aprovecha las propiedades naturales del suero de leche, transformándolo en una red porosa que actúa como esponja para filtrar y retener partículas de oro presentes en dispositivos desechados.
Su estructura porosa funciona como una esponja que filtra y retiene el oro con gran precisión, incluso en concentraciones bajas, logrando eficiencia comprobada, bajo costo ecológico y promoviendo una economía circular.















