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Elegido como sede estratégica de la fábrica de vehículos eléctricos china BYD, Brasil busca convertirse en el líder en movilidad eléctrica dentro de Sudamérica. Ubicada en el estado de Bahía, la planta estará completamente operativa en diciembre del próximo año con una proyección total de 20 mil puestos de trabajo a medida que alcance su capacidad de producción plena.

Por su parte, BYD busca sacar provecho de la ubicación de Brasil y desde allí abastecer de unidades a otros países de Sudamérica como Argentina y Perú, optimizando los costos logísticos y respondiendo a la demanda creciente en mercados vecinos.

Brasil, el elegido en Sudamérica por los capitales chinos

Con una inversión que supera los 1.100 millones de dólares -5.500 millones de reales-, la planta de la empresa china BYD se construye en el municipio de Camaçari. El complejo industrial abarcará 4,6 millones de metros cuadrados y contará con 26 nuevas estructuras.

Tendrá pistas de prueba, almacenes logísticos y líneas de ensamblaje avanzadas que aplicarán tecnologías claves en la industria automotriz. En principio, la planta podrá producir 150 mil vehículos al año con la intención de duplicar la cifra y alcanzar las 300 mil unidades. Los modelos BYD Dolphin Mini, el Song Plus, el Yuan Plus y el Delfín serán producidos en la planta.

Finalmente, la fábrica no se proyecta únicamente como centro de producción sino también como polo de innovación tecnológica. En efecto, uno de los objetivos es que allí se desarrolle el primer sistema híbrido flexible de la marca que utilice tanto electricidad como etanol y gasolina, un tipo de motor que responde a las características del mercado sudamericano.

El montaje de los autos comenzará bajo el esquema SKD en el que los vehículos llegan parcialmente ensamblados. La proyección es que el proceso evolucione luego al modelo CKD que implica la fabricación local de los componentes considerados clave.

La planta BYD y su impacto a nivel local

Más allá de las perspectivas de posicionamiento internacional, la nueva planta de vehículos eléctricos representará para Brasil una inyección de nuevos puestos de trabajo. De hecho, la proyección es de 10 mil nuevos empleos directos este año que se duplicarán en el momento en que la fábrica alcance su máximo nivel de producción.

Teniendo en cuenta esto, el gobierno de Bahía ya capacitó a 500 trabajadores para integrarse al nuevo complejo. Al mismo tiempo, la empresa china busca una integración vertical de la producción.

La compañía prevé procesar litio y fosfato de hierro, minerales esenciales para las baterías de autos eléctricos, directamente en Brasil. Esto busca reducir la dependencia externa y fortalecer la cadena de valor nacional.