

Estados Unidos ha mantenido históricamente su posición como uno de los gigantes mundiales más influyentes, liderando diversas industrias como la alimentaria, tecnológica, automotriz y hotelera, entre otras.
No obstante, en los últimos años, numerosas marcas emblemáticas de este gigante norteamericano cambiaron de manos y actualmente están bajo el control de intereses chinos.
Esta situación genera una considerablecontroversia a nivel internacional, ya que sugiere que el país asiático está incrementando su poder en detrimento de su contraparte.
China afianza su control sobre diversas empresas de Estados Unidos
En los últimos años, varios gigantes estadounidenses han sido adquiridos por conglomerados chinos. Aunque en muchos casos se mantienen el nombre, los productos e incluso la sede original, la gestión y el control se realizan desde China.

Un caso emblemático fue el de Smithfield Foods, el principal productor de carne de cerdo en Norteamérica, que en 2013 fue adquirido por WH Group (anteriormente Shuanghui International) por 4.700 millones de dólares. Esta transacción incluyó tanto las plantas de producción como extensas hectáreas de tierras agrícolas.
Otro hito significativo se produjo en 2016, cuando Haier Group, uno de los principales actores asiáticos en electrodomésticos, adquirió GE Appliances por 5.400 millones de dólares. A pesar de que las fábricas continúan operando en Estados Unidos, la propiedad y el control estratégico han sido transferidos a manos chinas.
¿Qué repercusiones tiene esta situación a nivel global?
Si bien la economía de Estados Unidos y la de China están profundamente entrelazadas, la creciente presencia de capital asiático en sectores clave del aparato productivo estadounidense suscita interrogantes sobre el futuro del control económico de este país y su soberanía tecnológica.
En un mundo cada vez más interconectado, la adquisición de empresas estadounidenses por parte de gigantes chinos genera opiniones divididas.
Mientras algunos lo consideran parte del mercado global, otros advierten sobre los riesgos de que China asuma el control de activos estratégicos, como datos sensibles y recursos naturales, lo cual también ha comenzado a generar preocupación en México.
China lidera la innovación tecnológica en un contexto de posible Tercera Guerra Mundial
El explosivo estaría diseñado para liberar una potencia de fuego sostenida, con el objetivo de aterrorizar a los defensores de Taiwán y romper su resistencia en los conflictos.
El gigante asiático continúa innovando en tecnología militar, y ahora ha sorprendido con una bomba de hidrógeno no nuclear que inquieta a sus posibles contrarios.
Según informó el domingo el South China Morning Post, un grupo de investigadores ha logrado detonar este explosivo con éxito en una prueba de campo controlada, donde la bomba de hidrógeno de 2 kilos generó una bola de fuego que superó los 1000 grados Celsius, manteniéndola durante más de dos segundos.










