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Cada vez más veterinarios alertan sobre un enemigo invisible que amenaza la vida de los gatos domésticos: los trastornos del tracto urinario, que muchas veces desembocan en una enfermedad renal crónica también conocida como ERC, una de las principales causas de muerte felina en edad avanzada, pero que puede afectar a los michis de cualquier edad o raza.

Lo preocupante es que estas afecciones pueden pasar desapercibidas durante mucho tiempo. La mayoría de los gatos ocultan muy bien el dolor, lo que hace que los síntomas aparezcan solo cuando la situación es crítica o irreversible, sí, tu mascota es muy fuerte y no quiere verte sufrir. Esta falta de signos tempranos convierte a la enfermedad en una amenaza silenciosa.

Una alimentación adecuada, acorde a la edad, condición y necesidades específicas del gato, es clave para prevenir la aparición de estas patologías en los gatos. Actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre una vida larga y saludable o una muerte prematura por fallo renal.

¿Cuáles son las enfermedades urinarias más comunes en gatos?

Los problemas urinarios felinos pueden tener múltiples causas: infecciones, cálculos, inflamaciones idiopáticas e incluso alteraciones hormonales. En todos los casos, la micción anormal es una señal de alerta. Por eso, reconocer los cambios en el comportamiento de tu gato puede salvarle la vida.

La incontinencia urinaria, por ejemplo, puede ser consecuencia de una infección bacteriana tratable o de un problema más complejo como una cistitis idiopática, afirman los expertos en diferentes canales de información felina.

También pueden presentarse cálculos renales que bloquean parcial o totalmente la uretra, generando dolor intenso, hematuria y, en casos graves, insuficiencia renal.

¿Cómo identificar los síntomas antes de que sea demasiado tarde?

Detectar a tiempo una enfermedad del tracto urinario es fundamental. Algunos síntomas frecuentes incluyen: orina fuera de la caja de arena, goteo constante, lamido excesivo en la zona genital, dolor al orinar, cambios en la frecuencia urinaria y presencia de sangre en la orina. Llevar a tu amigo peludo al veterinario será siempre la prioridad.

Otro signo de alerta es la inflamación abdominal o la dificultad para orinar. En machos, una obstrucción uretral puede representar una urgencia médica. En todos los casos, un diagnóstico precoz permite instaurar un tratamiento que prevenga daños irreversibles en los riñones.

¿Por qué estas enfermedades llevan a la falla renal crónica en los gatos?

Cuando los problemas urinarios no se tratan a tiempo, el sistema renal comienza a deteriorarse lentamente. La enfermedad renal crónica, ERC, afecta a uno de cada tres gatos mayores de 10 años. según informó un reporte de Purina, y puede estar relacionada con procesos inflamatorios recurrentes, infecciones o acumulación de cristales.

Una vez que el daño renal es significativo, no hay vuelta atrás: los riñones pierden su capacidad de filtrar toxinas y mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos. El tratamiento en esta fase es de por vida y requiere dietas especiales, medicación continua y seguimiento veterinario riguroso.

Las patologías urinarias son más que simples molestias: son la antesala de una condición letal si no se interviene a tiempo. La prevención comienza con una alimentación adecuada y chequeos veterinarios regulares.