

La Royal Navy dio un paso decisivo en la modernización de su flota después de realizar con éxito el primer disparo real del misil antibuque Naval Strike Missile (NSM) desde la fragata HMS Somerset.
Este lanzamiento, efectuado en Noruega durante el ejercicio multinacional Aegir 25, no solo demuestra el avance tecnológico de la flota británica, sino que también genera alertas sobre su posible impacto en el equilibrio estratégico mundial.

Misil NSM: la nueva arma antibuque de la Royal Navy que revoluciona la guerra naval
El Naval Strike Missile es un sistema de última generación desarrollado por Kongsberg Defence & Aerospace, diseñado para atacar objetivos navales y terrestres a más de 100 millas náuticas. Con un peso de 400 kilogramos y un diseño furtivo, supera ampliamente al veterano Harpoon Block IC que durante décadas equipó a las fragatas Tipo 23 y destructores Tipo 45.
Este misil no solo mejora la capacidad ofensiva, sino que también permite a la Royal Navy adaptarse a escenarios de alta complejidad, desde operaciones en el Mediterráneo hasta despliegues en el Indo-Pacífico.
La incorporación del NSM forma parte del programa FCASW (Future Cruise/Anti-Ship Weapon), que apunta a garantizar que las futuras generaciones de fragatas británicas mantengan una superioridad estratégica en los océanos.

Modernización de la flota británica y cooperación internacional
La decisión de adquirir el NSM se inscribe en el programa Interim Surface-to-Surface Guided Weapon (I-SSGW), diseñado para cubrir temporalmente el vacío dejado por el retiro de los misiles Harpoon. La integración del sistema estuvo a cargo de Babcock y BAE Systems, con apoyo directo de Kongsberg, e incluyó la instalación de lanzadores en las fragatas Tipo 23 y destructores Tipo 45.
Hasta el momento, tres fragatas -HMS Somerset, HMS Portland y HMS Richmond- fue equipadas con el nuevo armamento.
Esta modernización asegura que la Royal Navy mantenga su capacidad ofensiva y defensiva mientras completa el desarrollo de la próxima generación de armas antibuque. Además, refuerza la cooperación estratégica con Noruega, destacando la importancia de alianzas internacionales en la seguridad marítima.
Alerta global: qué opinan los expertos sobre el impacto geopolítico del NSM
Aunque el disparo de prueba fue un éxito técnico, analistas internacionales advierten que la incorporación del NSM podría cambiar la dinámica de poder en los conflictos marítimos. Su capacidad de ataque a larga distancia y su diseño furtivo podrían ser interpretados como un escalón más hacia la militarización de ciertos sectores estratégicos.
Algunos expertos incluso sugirieron que sistemas de esta naturaleza podrían ser la "chispa" que aumente tensiones entre potencias navales, elevando riesgos de una Tercera Guerra Mundial.
Por su parte, la Royal Navy asegura que el objetivo principal sigue siendo fortalecer la defensa de sus unidades y garantizar la seguridad en aguas internacionales, especialmente en áreas donde la competencia naval es más intensa.















