

El gigante tecnológico mundial, Samsung Electronics, se encuentra inmerso en un serio conflicto legal en México que podría obligarlo a replantear su presencia en el país. Según reportes del medio La Razón, la empresa dirigida globalmente por Lee Jae-yong está considerando la posibilidad de mudar sus operaciones a otra nación del continente si no se resuelve a su favor una disputa con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El problema radica en un reclamo por cientos de miles de millones de pesos, una suma que representa las ganancias de la compañía en México durante seis años. Esta controversia surge de anomalías en el manejo del Impuesto al Valor Agregado (IVA) bajo el marco del programa IMMEX, denunciadas por el SAT.
Con intereses, multas y recargos que superan el 9%, la cifra en cuestión asciende a más de 300 mil millones de pesos.
Qué es el esquema IMMEX en disputa entre Samsung y el SAT
El litigio se origina en el programa de fomento a la exportación Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX), un mecanismo fundamental para atraer capital extranjero. Este permite a las empresas importar temporalmente insumos sin pagar aranceles, siempre y cuando se utilicen para fabricar productos de exportación.
La clave de la controversia radica en la figura de la importación virtual, que faculta a las compañías a comercializar productos terminados a nivel nacional sin incurrir en un segundo pago del IVA que ya cubrieron al adquirir los insumos. El SAT argumenta que esta modalidad ha sido utilizada incorrectamente para evadir impuestos, un monto que la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Lenia Batres Guadarrama estima en hasta 250 mil millones de pesos anuales.
En contraposición, la también ministra de la SCJN Yasmín Esquivel Mossa ha señalado ante la Suprema Corte que esta interpretación del SAT equivale a una doble tributación, violando los principios de legalidad fiscal. En abril, el Pleno de la Corte aplazó su decisión sobre este choque de posturas, dejando en el limbo la situación de Samsung y de centenares de empresas que operan bajo el mismo esquema.
¿Samsung se va de México?
La incertidumbre obliga a Samsung México, liderada por Thomas Yun, a enfrentar una difícil decisión de si liquidar el pago multimillonario o contemplar el cese de sus actividades. Las consecuencias de una posible retirada no se limitarían al sector tecnológico, sino que impactarían a cadenas productivas clave como la automotriz y la aeronáutica, que también emplean la importación virtual.

Según la Secretaría de Economía, las exportaciones amparadas por el IMMEX rebasaron los 300 mil millones de dólares en 2024, constituyendo más del 60% del comercio exterior manufacturero de México. Por lo tanto, cualquier pérdida de confianza en este modelo podría mermar la competitividad del país.
Además, fuentes cercanas a las negociaciones del T-MEC advierten que la modificación del criterio fiscal podría perjudicar a empresas estadounidenses en México, generando posibles conflictos comerciales con Estados Unidos y Canadá al cuestionar el trato equitativo entre socios.
La partida de Samsung implicaría la pérdida de miles de puestos de trabajo y una disminución en las exportaciones de electrónicos. Más allá de los números inmediatos, enviaría una señal negativa a los inversionistas globales justo cuando México busca posicionarse como un centro de manufactura estratégica aprovechando el nearshoring.
Fallo histórico de la Suprema Corte define la economía de México
El caso IMMEX podría ser decisivo, ya que si la Suprema Corte respalda la posición del SAT, existe el riesgo de que otras multinacionales consideren reubicar sus operaciones en países de Centroamérica o Sudamérica con regímenes fiscales más atractivos.
El litigio trasciende el ámbito legal y fiscal, involucrando la esfera política. La independencia de la Suprema Corte frente al Ejecutivo se ha puesto en tela de juicio, y este caso es visto como una prueba crucial para la confianza institucional en México.
Para Samsung, la disyuntiva es pagar una cantidad que podría comprometer su operatividad local o trasladar su producción. Para México, el desafío es doble al deber asegurar un marco legal que prevenga la evasión, sin sacrificar la seguridad jurídica que demandan las corporaciones internacionales.
El veredicto pendiente no solo sellará el destino de Samsung en México, sino que establecerá un precedente fundamental para la relación del país con el capital extranjero en un sector vital de su economía.















