

¿Qué puede revelarnos un escudo y una frase en latín sobre un Pontífice recién elegido? Mucho más de lo que parece. Este sábado 10 de mayo, el Vaticano dio a conocer oficialmente el escudo y el lema del nuevo papa León XIV, una figura que ya comienza a marcar un rumbo propio desde los símbolos que eligió conservar para su papado en la Iglesia católica.
El escudo del papa León XIV no es nuevo, pero ahora adquiere otra dimensión. Está dividido en dos sectores: en la parte superior, sobre un fondo azul, aparece un lirio blanco, símbolo de pureza. En la parte inferior, sobre un fondo claro, se destaca una imagen que podría pasar desapercibida para muchos: un libro cerrado con un corazón atravesado por una flecha.

Este detalle no es menor. Se trata de una referencia directa a San Agustín y su experiencia de conversión. Como explicó el propio Agustín: «Vulnerasti cor meum verbo tuo», es decir, "Has traspasado mi corazón con tu Palabra".
Un símbolo que León XIV decidió conservar porque encarna su identidad como agustino, pero también porque habla de una fe que no se impone, sino que toca y transforma.
El lema que eligió el papa León XIV: una promesa de comunión
El lema episcopal elegido por León XIV también se mantiene: «In Illo uno unum». La frase, pronunciada por San Agustín en su Exposición del Salmo 127, encierra una propuesta poderosa: "aunque los cristianos seamos muchos, en el único Cristo somos uno".

No es solo una bella cita en latín; es un programa de gobierno espiritual. En una entrevista de 2023, cuando aún era el cardenal Prevost, el ahora Papa expresó: "Como se desprende de mi lema episcopal, la unidad y la comunión forman parte del carisma de la Orden de San Agustín y también de mi forma de actuar y pensar". Y agregó con claridad: "Como agustino, para mí promover la unidad y la comunión es fundamental".
El papa León XIV busca ¿Una Iglesia más unida?
En tiempos donde los cismas internos y las tensiones doctrinales parecen haber ganado protagonismo, León XIV envía una señal fuerte.

Su escudo y lema no son solo ornamento: son mensaje. Y uno claro. Con San Agustín como guía, el nuevo Papa parece dispuesto a recordarnos que no hay futuro para la Iglesia sin comunión, sin diálogo, sin ese corazón traspasado por la Palabra que une lo que la historia separa.
Ahora la pregunta es: ¿será este el Pontífice que vuelva a poner en el centro lo que nos une más allá de lo que nos divide? El símbolo ya está sobre la mesa. Falta ver cómo se escribe el resto de la historia.













