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Recientemente, la administración de Donald Trump implementó un programa que otorga residencia legal como refugiados en Estados Unidos a ciudadanos blancos de Sudáfrica, enfocándose especialmente en miembros de la comunidad afrikáner. Esta medida representa una excepción en su política migratoria, con el objetivo de poner fin a la persecución racial que enfrenta este grupo.

En este contexto, el presidente declaró que los afrikáners, en particular los agricultores, son víctimas de un supuesto genocidio. Esta afirmación fue respaldada por la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, quien indicó que "la administración tiene previsto recibir a más afrikáners como refugiados en los próximos meses".

La iniciativa generó controversia, ya que contrasta con la política migratoria que él mismo promovió respecto a refugiados de países como Irak, Afganistán y diversas naciones africanas. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos critican la preferencia otorgada a los solicitantes de origen blanco sudafricano.

¿Cuál es el significado de afrikáner?

Los afrikáners, descendientes de colonos holandeses y franceses que se establecieron en el sur de África durante el siglo XVII, constituyen la mayoría de la población blanca en Sudáfrica, con una cifra estimada de 2.7 millones de personas.

Asimismo, las autoridades sudafricanas sostienen que este sector continúa siendo una de las comunidades con mayores privilegios económicos y sociales en el país, con una notable presencia en los ámbitos empresarial, religioso e incluso político.

Ante las acusaciones de persecución, el gobierno sudafricano rechazó categóricamente tales señalamientos. El ministro de Asuntos Exteriores, Ronald Lamola, afirmó que no existe evidencia que respalde la existencia de persecución contra los ciudadanos blancos, ni específicamente contra los afrikáners.

¿Cuáles son las razones de Donald Trump para otorgar residencia legal a los afrikánes?

El programa impulsado por Donald Trump se fundamenta en los ataques registrados en granjas y zonas rurales habitadas por personas blancas en diversas regiones de Sudáfrica. A pesar de estas cifras, el presidente estadounidense defendió la iniciativa afirmando que responde a motivos humanitarios: "Hemos concedido la ciudadanía a estas personas para que puedan escapar de la violencia y venir aquí".

No obstante, las autoridades sudafricanas sostienen que estos hechos se enmarcan dentro de un contexto de violencia generalizada que afecta por igual a cada uno de los ciudadanos. Según organizaciones del sector agrícola, los homicidios ocurridos en granjas suman menos de 50 al año, frente a más de 20,000 anuales registrados en el país.

"Los agricultores blancos enfrentan la delincuencia al igual que cualquier otro sudafricano", insistió el ministro Ronald Lamola.

La perspectiva de Trump sobre el racismo

El gobierno sudafricano defendió estas políticas migratorias, argumentando que su objetivo es corregir las desigualdades heredadas del sistema de segregación racial que finalizó en 1994. Aunque se plantearon reformas agrarias, hasta el momento no se llevó a cabo ninguna expropiación de tierras sin compensación.

El mandatario criticó las leyes sudafricanas relacionadas con el empleo y la propiedad de la tierra, calificándolas como una forma de racismo inverso. De acuerdo con su administración, estas medidas estarían orientadas a restringir las oportunidades de los afrikáners como represalia por su participación en el régimen del apartheid.