

En medio del prolongado conflicto en Ucrania, una alianza poco visible pero estratégica comenzó a tomar protagonismo: más de 25.000 trabajadores deCorea del Nortefueron enviados a Rusia para impulsar la producción masiva de drones kamikaze.
Esta colaboración se desarrolla en la zona económica especial de Alabuga, en Tartaristán, donde la planta encargada de ensamblar busca casi triplicar su producción mensual, pasando de 2.000 a 5.000 unidades.
Esta mano de obra extranjera no solo cubre una necesidad crítica de Rusia, sino que también consolida una relación político-militar cada vez más sólida entre Moscú y Pyongyang.

Corea del Norte desplaza a miles de trabajadores a Rusia para potenciar la producción industrial de drones kamikaze
La relación estratégica entre Rusia y Corea del Norte alcanzó una nueva dimensión con el despliegue de aproximadamente 25.000 trabajadores norcoreanos en la zona económica especial de Alabuga, situada en la república rusa de Tartaristán.
Este contingente tiene como principal objetivo apoyar la fabricación en masa de drones Shahed, dispositivos aéreos no tripulados de origen iraní que Moscú utiliza como una pieza central en su ofensiva contra Ucrania.
Ante la creciente demanda y el desgaste causado por los continuos ataques, Rusia enfrenta dificultades para mantener la producción de estos drones, por lo que la llegada de mano de obra norcoreana representa una solución estratégica tanto para mantener como para incrementar la fabricación hasta alcanzar las 5.000 unidades mensuales.
Además, se detectó una expansión significativa en la infraestructura industrial local, con la construcción de complejos residenciales para alojar a esta fuerza laboral de manera estable y permanente, lo que evidencia un compromiso a largo plazo en esta cooperación.

¿Qué son los drones Shahed?
Los drones Shahed son una serie de vehículos aéreos no tripulados (UAV) desarrollados por Irán, principalmente usados con fines militares y de reconocimiento.
Estos drones se destacan por su capacidad para realizar misiones de vigilancia y ataques kamikaze (suicidas), siendo diseñados para impactar objetivos específicos con carga explosiva.
Algunos modelos, como el Shahed-136, ganaron notoriedad por su uso en conflictos recientes, donde se emplean como municiones guiadas de bajo costo para atacar instalaciones estratégicas y posiciones enemigas.
La alianza ruso-norcoreana trasciende la producción bélica e incluye formación militar y reconstrucción de zonas devastadas
Más allá de su rol en la manufactura de drones, los trabajadores norcoreanos enviados a Rusia cumplen funciones que abarcan desde la capacitación en el uso y manejo de sistemas de armamento no tripulado hasta la participación en labores de reconstrucción en regiones afectadas por combates intensos, como la zona de Kursk.
Asimismo, el Ministerio de Defensa de Rusia incorporó a un número considerable de norcoreanos en funciones paramilitares no oficiales, fortaleciendo así la conexión entre la mano de obra extranjera y la estructura militar rusa.
Además, esta cooperación incluye un intercambio tecnológico mediante el cual Rusia ayuda a Corea del Norte a modernizar sus misiles y demás capacidades estratégicas.















