

El empacho es uno de los malestares digestivos más frecuentes en México y en otros países de América Latina. Se presenta tras comer en exceso, ingerir alimentos muy pesados, chatarra o mal preparados, y también por hacerlo demasiado rápido o en momentos de estrés.
Entre los síntomas más comunes están el dolor abdominal, la inflamación, los gases, las náuseas, la acidez, la pérdida de apetito e incluso fiebre ligera. Aunque la creencia popular dice que se puede curar "tirando el cuerito" -es decir, jalando la piel de la espalda baja hasta que truene-, lo cierto es que este método no tiene un efecto real sobre la digestión.
La medicina tradicional y los saberes caseros ofrecen alternativas mucho más efectivas y seguras para curar el empacho sin necesidad de recurrir a técnicas dolorosas o poco confiables.

Por qué no funciona "tirar el cuerito"
Esta práctica, heredada de la tradición popular, se basa en la idea de que al estirar la piel se libera la obstrucción digestiva. Sin embargo, especialistas aclaran que el "tronido" que se escucha no tiene relación con el estómago ni con el intestino, sino con la piel y los tejidos superficiales.
Lejos de aliviar, puede causar molestias, moretones o incluso dolor lumbar. Por eso, los expertos recomiendan dejar de lado este mito y optar por métodos caseros que sí tienen respaldo en la experiencia y en la lógica digestiva.
La dieta blanda: el primer paso para recuperarse
Cuando aparece el empacho, lo mejor es darle un respiro al aparato digestivo. Eso significa reducir la carga de trabajo del estómago e intestinos y evitar cualquier alimento que pueda agravar la inflamación.
Algunas recomendaciones básicas son:
Suspender por uno o dos días los alimentos fritos, grasosos, picantes o con demasiada azúcar.
No consumir refrescos, café ni alcohol.
Incluir comidas ligeras y fáciles de digerir: arroz hervido, caldos claros, pan tostado, gelatina sin azúcar o plátano maduro.
Beber abundante agua natural o suero casero para evitar la deshidratación.
Este tipo de dieta ayuda a que el organismo recupere el equilibrio sin forzar al sistema digestivo.

El truco casero más efectivo: papaya y agua con limón y bicarbonato
Además de la dieta blanda, hay dos remedios caseros que destacan por su eficacia:
Papaya madura: esta fruta contiene papaína, una enzima que descompone las proteínas y acelera el proceso digestivo. Tomarla en ayunas o como parte de una comida ligera ayuda a reducir la pesadez y a regular el tránsito intestinal.
Agua tibia con limón y bicarbonato: el limón aporta vitamina C y estimula la digestión, mientras que el bicarbonato neutraliza la acidez y favorece la expulsión de gases. Preparar un vaso con agua tibia, el jugo de medio limón y una pizca de bicarbonato puede ofrecer un alivio rápido y natural.
Ambos métodos son fáciles de preparar en casa, económicos y seguros para la mayoría de las personas.
Cuándo acudir a un médico
Si bien el empacho suele resolverse en poco tiempo con estas medidas, hay que estar atentos a señales de alarma.
Se debe buscar atención médica si aparecen vómitos persistentes, fiebre alta, diarrea prolongada, sangre en las heces o dolor abdominal muy intenso.
Estos síntomas pueden indicar infecciones o complicaciones más serias que requieren un tratamiento profesional.















