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La apariencia personal es una de las principales formas de comunicación no verbal. Cómo nos vemos, lo que llevamos puesto y cómo nos cuidamos habla más de nosotros de lo que creeríamos, dado a que, desde un primer momento, genera una determinada impresión al resto del mundo.

En este sentido, y aunque no pareciera de suma importancia, las uñas no son la excepción. Aunque para muchas personas su forma responde simplemente a una cuestión estética o de comodidad, distintos expertos en psicología han analizado cómo el estilo de las uñas puede reflejar ciertos rasgos de la personalidad.

Desde uñas cuadradas hasta las más afiladas en punta, cada elección tendría relación con aspectos internos como el nivel de autoexigencia, el deseo de control, la búsqueda de aprobación o incluso elgrado de espontaneidad. Este enfoque, que combina psicología y análisis de imagen, se apoya en estudios de conducta y patrones emocionales asociados a la estética corporal.

Uñas cuadradas, redondas o en punta: lo que revelan sobre ti

Según especialistas, quienes prefieren las uñas cuadradas suelen ser personas prácticas, metódicas y organizadas. Este tipo de forma transmite firmeza y decisión, por lo que no es raro que lo elijan perfiles más racionales o perfeccionistas.

Por otro lado, las uñas redondeadas son típicas de personas más relajadas y conciliadoras. Este estilo suaviza la imagen general de quien lo lleva, lo cual encaja con quienes buscan proyectar cercanía y armonía.

Las uñas en punta, afiladas o tipo "stiletto", están vinculadas con personalidades intensas, arriesgadas y con fuerte deseo de destacar. Esta forma sugiere audacia, deseo de poder y una actitud más desafiante frente al entorno.

¿Las uñas pueden indicar algo sobre la autoestima?

Más allá del estilo elegido, los expertos en psicología coinciden en que el cuidado que se le dedica a las uñas también puede ser reflejo del nivel de autoestima y autoimagen que se tiene de uno mismo.

Las personas que invierten tiempo en mantener sus manos arregladas suelen darle más valor su presencia y comunicación no verbal.

Además, el tipo de diseño elegido también puede vincularse con el estado emocional o el deseo de proyectar una imagen particular. Por ejemplo, los tonos sobrios podrían estar relacionados con el deseo de pasar desapercibido, mientras que los colores brillantes indicarían mayor extroversión.

Este tipo de interpretaciones no son determinantes, pero pueden ofrecer pistas complementarias sobre la forma en la que alguien se expresa al mundo sin decir una sola palabra.