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Un estudio revela que el 57.6% de los jóvenes podría estar en riesgo de desarrollar ortorexia, un trastorno alimentario que surge de la obsesión por comer de manera saludable.
Vivir de manera saludable, equilibrada y activa es un consejo ampliamente difundido para alcanzar el bienestar, pero ¿qué sucede cuando este deseo se convierte en una obsesión que limita y afecta la vida cotidiana? Este es el dilema de la ortorexia, un trastorno alimentario que, aunque menos conocido, está ganando terreno, especialmente entre los jóvenes.
Un reciente estudio de la Universidad de Pisa reveló que el 57.6% de los jóvenes podría estar en situación de riesgo de desarrollarla.

Este trastorno, derivado del deseo inicial de seguir una dieta saludable, puede llevar a extremos preocupantes, como el aislamiento social, sentimientos de culpa por consumir alimentos fuera de los estándares y, en algunos casos, al ayuno voluntario.
Del bienestar a la obsesión: ¿Cómo detectar si alguien padece ortorexia?
La ortorexia comienza con la noble intención de seguir una dieta saludable, pero en algún punto del camino, la obsesión por la comida sana se apodera de la vida cotidiana.
Los ortoréxicos evitan no solo alimentos considerados poco saludables -como carnes y grasas-, sino también aquellos cultivados con pesticidas, alimentos ultraprocesados y con aditivos artificiales.
Isabel Zamarrón, del Departamento de Nutrición del Hospital Universitario Ramón y Cajal, advierte sobre las consecuencias físicas de la ortorexia, como anemia, carencias vitamínicas y falta de energía, ya que los afectados no suelen reemplazar los alimentos rechazados por otros que proporcionen los mismos nutrientes.
Causas y síntomas
Aunque no están claros los factores detrás de la ortorexia, se observa que suele manifestarse en personas obsesivas y perfeccionistas. Este rasgo compartido con otros trastornos alimentarios sugiere una conexión entre la ortorexia y el perfeccionismo, un comportamiento también presente en anorexia y bulimia.
Los afectados son estrictos consigo mismos y se castigan con dietas más rigurosas si incumplen sus reglas autoimpuestas.
A diferencia de otros trastornos alimentarios, los ortoréxicos tienden a compartir abiertamente sus reglas dietéticas, aunque pueden menospreciar a quienes no las siguen, lo que lleva al aislamiento social.
Recomendaciones para una relación saludable con la comida
- Seguir una dieta saludable que incluya la cantidad y variedad de alimentos necesarios.
- Educación temprana en la infancia sobre respeto propio y hacia los demás, promoviendo modelos de belleza y conducta no estereotipados.
- Diferenciar y valorar los aspectos nutritivos y sociales de la alimentación.
Para Robin Rica, director de la Unidad de Trastornos Alimentarios de Instituto Centta, es crucial reconocer la dualidad de la alimentación, no solo como fuente nutritiva, sino también como un placer social arraigado en la gastronomía.















