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El próximo sábado 21 de junio de 2025 ocurrirá uno de los fenómenos astronómicos más importantes del año: el solsticio de verano, evento que marca el inicio oficial de la estación más cálida en el hemisferio norte.

Ese día, México experimentará la jornada más larga del año y la noche más corta, un suceso que, desde tiempos antiguos, ha sido motivo de asombro, rituales y celebraciones en distintas culturas del mundo.

En México, el solsticio ha sido históricamente una fecha de gran relevancia, no solo por su impacto astronómico, sino también por su profunda conexión con la naturaleza, la agricultura y las tradiciones ancestrales.

Este 2025, el fenómeno será visible en todo el país, ofreciendo un momento especial para reflexionar sobre nuestra relación con el entorno.

¿Qué es el solsticio de verano y por qué ocurre?

El solsticio de verano ocurre cuando el eje de rotación de la Tierra se inclina de tal forma que el hemisferio norte recibe la mayor cantidad de luz solar en todo el año. Esto sucede debido a la posición de nuestro planeta en su órbita alrededor del Sol. En 2025, el evento se producirá exactamente el 21 de junio, marcando el inicio astronómico del verano.

Este fenómeno no solo afecta la duración del día, sino que también influye en los ritmos biológicos de los seres humanos, como el sueño y el estado de ánimo, y activa procesos clave en la naturaleza, como el crecimiento de plantas y la actividad de ciertos animales. Su influencia ha sido observada desde la antigüedad y continúa teniendo implicaciones culturales, espirituales y científicas.

La herencia del solsticio en las civilizaciones antiguas de México

En nuestro país, civilizaciones como los mayas y los mexicas entendían la importancia del solsticio de verano.

Fuente: ShutterstockShutterstock

Para ellos, este momento marcaba el inicio de nuevos ciclos agrícolas y era clave en su observación astronómica. Monumentos como Chichén Itzá fueron diseñados con alineaciones específicas al sol en estos días, demostrando un profundo conocimiento del cosmos.

Aún hoy, muchas comunidades continúan con celebraciones que honran al Sol como fuente de vida, recordándonos que, más allá del calendario, el 21 de junio sigue siendo una fecha de renovación y conexión con la tierra.