

Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos esenciales para la tecnología moderna. Aunque su nombre sugiere escasez, están presentes en todo el mundo. "El reto consiste en encontrar zonas con concentraciones lo suficientemente elevadas como para que su extracción sea económicamente viable", explica el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Estos elementos, llamados tierras raras, se utilizan en teléfonos inteligentes, cámaras, televisores, turbinas eólicas y vehículos eléctricos, gracias a sus propiedades magnéticas. "Son fundamentales para la construcción de vehículos eléctricos y turbinas eólicas", señala la agencia DW, destacando el papel del neodimio y praseodimio en los llamados imanes permanentes.
Sin embargo, su valor estratégico reside en su aplicación militar. "También son fundamentales para una amplia gama de tecnologías de defensa, desde aviones de combate hasta submarinos y telémetros láser", advierte DW. Esto ha convertido a las tierras raras en recursos clave para el poder militar y la seguridad global.

¿Cuáles son las 17 tierras raras?
Aunque todas tienen utilidad, las más valiosas para fines militares y tecnológicos son el neodimio, praseodimio, disprosio y terbio, ya que se usan en imanes permanentes, motores de precisión y sistemas de defensa.
- Lantano (La)
- Cerio (Ce)
- Praseodimio (Pr)
- Neodimio (Nd)
- Prometio (Pm)
- Samario (Sm)
- Europio (Eu)
- Gadolinio (Gd)
- Terbio (Tb)
- Disprosio (Dy)
- Holmio (Ho)
- Erbio (Er)
- Tulio (Tm)
- Iterbio (Yb)
- Lutecio (Lu)
- Escandio (Sc)
- Itrio (Y)
El poder de China sobre las tierras raras
China controla casi todo el ecosistema de las tierras raras: "Desde las minas de Ganzhou, hasta las plantas de procesamiento y el know-how técnico", indica Xataka.
Incluso la única mina activa en EE. UU., Mountain Pass, debe enviar su producción a China para refinarla. Como lo advirtió Deng Xiaoping en 1992: "Oriente Medio tiene petróleo. China tiene tierras raras".
De los iPhones a los misiles: ¿por qué podrían desatar una guerra?
El uso civil de las tierras raras es ya esencial: smartphones, pantallas LED, cámaras y turbinas dependen de ellas. "Sin terbio no hay pantallas de iPhone, sin disprosio no hay motores de Tesla", señala Xataka. Su rol en la economía digital es total.
Pero su poder destructivo radica en su uso militar: imanes para misiles, sensores láser, radares y sistemas de guiado. "Son fundamentales para una amplia gama de tecnologías de defensa", remarca DW. Su interrupción podría paralizar ejércitos enteros.
El monopolio chino permite usar estas tierras como un arma silenciosa. No hace falta un bloqueo: basta con ralentizar la burocracia. "Eso también es abrir una ventana a los secretos industriales de sus competidores", advierte Xataka. Un chantaje disfrazado de papeleo, que puede escalar rápidamente a una crisis global.

¿Cómo se extraen y dónde están?
Las tierras raras no son difíciles de encontrar, pero sí de concentrar. Solo algunos yacimientos tienen concentración suficiente para que su extracción sea rentable. El 70% de toda la producción mundial se extrae en China, especialmente en la mina Bayan Obi.
Una vez extraídas, deben ser separadas y refinadas mediante procesos altamente técnicos. "Este proceso también se lleva a cabo en gran parte en China", indica DW. Es decir, China no solo domina la extracción, sino toda la cadena de valor.
El reciente tratado y la tregua geopolítica por las tierra raras
En 2024, la Unión Europea firmó la Ley de Materias Primas Críticas, con objetivos para producir parte de estos materiales en casa. EE. UU., por su parte, quiere una cadena "de la mina al imán" antes de 2027. Sin embargo, siguen dependiendo de China.
Un acuerdo anunciado recientemente con China dio algo de respiro. Pero, como alerta Xataka, "funciona como un recordatorio constante: cada empresa occidental sabe ahora que su producción depende de la benevolencia china". La tregua es frágil, y el reloj geopolítico sigue corriendo.















