

El Banco de México (Banxico) aseguró que la economía del país se ha estancado. En su nuevo Informe Trimestral, el banco central recortó su expectativa de crecimiento económico para este año a apenas 0.1%, una cifra que refleja el enfriamiento generalizado de la actividad productiva en México.
La proyección anterior, hecha en febrero, estimaba un crecimiento del PIB del 0.6%. Hoy, esa meta luce lejana. En su lugar, Banxico prevé que la economía se mueva entre una leve contracción del 0.5% y una expansión moderada del 0.7%.
Pese al panorama poco alentador, las autoridades del banco fueron enfáticas: esto no es una recesión. La gobernadora Victoria Rodríguez Ceja aseguró que, si bien la economía muestra debilidad, no se han presentado los signos típicos de una caída generalizada y prolongada. Aun así, reconoció que el entorno es complejo y que la incertidumbre podría seguir afectando las decisiones de consumo e inversión.
¿Por qué se estanca la economía?
Las razones son múltiples. Por un lado, la economía de Estados Unidos muestra señales de debilitamiento, algo que impacta directamente a México debido a la estrecha relación comercial. Por otro, la consolidación fiscal en curso -es decir, el esfuerzo por controlar el gasto público- también está limitando el impulso económico.
Además, Banxico señaló otros riesgos que podrían empeorar el panorama: desde tensiones geopolíticas, hasta fenómenos meteorológicos adversos, volatilidad en los mercados y una baja en la confianza empresarial.
Menos empleos y más incertidumbre
La desaceleración también se siente en el empleo. Banxico ajustó a la baja sus previsiones de generación de puestos de trabajo formales. Ahora estima que este año se crearán entre 110,000 y 290,000 plazas, mucho menos que el rango de 220,000 a 420,000 proyectado anteriormente.
Para 2026, el panorama no mejora mucho. El banco prevé un crecimiento de apenas 0.9%, con un rango que va de 0.1% a 1.7%. En febrero, se esperaba que la economía creciera hasta 1.8%.

Un llamado a la cautela
Aunque el país no está oficialmente en recesión, el tono del informe es claro: la economía mexicana enfrenta un periodo de estancamiento, con riesgos que podrían inclinar la balanza hacia una contracción si no se toman medidas adecuadas.













