

En una sociedad cada vez más digitalizada, donde la vida privada se convierte en contenido y las redes sociales redefinen la intimidad, la psicología comienza a dar respuesta a fenómenos profundamente humanos que ahora se ven amplificados por el entorno virtual.
La tendencia a mostrar la vida de los hijos en internet, conocida como sharenting, ha encendido las alarmas entre especialistas en psicología, que advierten sobre las posibles consecuencias para el bienestar emocional de los menores. La exposición de la infancia en línea plantea hoy un debate urgente sobre los límites del contenido familiar en el entorno digital.
Sharenting y niños: una exposición que puede dejar cicatrices, según la psicología
El término sharenting surge de la combinación de las palabras inglesas share (compartir) y parenting (criar) y está muy popularizado en el mundo de la psicología. Natalia Díaz, activista y autora del libro Protege a tus hijos en redes sociales (2024), señala que cada vez hay más menores que se identifican como víctimas del sharenting. "Ya existen casos documentados de niños que fueron obligados a participar en videos para satisfacer a sus padres", comenta en entrevista con Psicología y Mente.

Esta práctica no es exclusiva de figuras públicas. Datos del estudio EU Kids Online 2020 indican que en España el 89% de las familias comparte contenido sensible de sus hijos al menos una vez al mes, una tendencia también presente en América Latina, según un informe global de Microsoft de 2019.
Psicología y redes sociales: riesgos invisibles y una huella permanente
Para la psicología, la forma en que los menores son presentados en redes sociales puede influir en su autoestima, imagen corporal y sentido de identidad. El Dr. Luis Rojo Bofill psiquiatra del Hospital La Fe de Valencia y académico de la Universidad de Valencia, ha advertido en The European Journal of Psychiatry que el hecho de que los menores sean grabados en momentos de llanto, miedo o vulnerabilidad puede afectar profundamente su desarrollo emocional.
Además, cuando las emociones se convierten en entretenimiento, el mensaje que los más pequeños reciben es que su dolor o incomodidad sirven para divertir a otros.

Natalia Díaz agrega que la huella digital generada desde el nacimiento, o incluso antes con las ecografías, puede representar un peligro futuro. Entre los riesgos se encuentran el ciberbullying, el grooming(engaño pederasta), la suplantación de identidad y el uso indebido de imágenes mediante inteligencia artificial.
Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), publicado en 2023, reveló que el 72% de los depredadores infantiles almacenan imágenes no sexualizadas de menores obtenidas de redes sociales.
Cómo proteger a los más pequeños de los peligros en redes sociales
Ambos especialistas coinciden en que la protección comienza con decisiones conscientes. Díaz sugiere medidas como privatizar perfiles, limitar el acceso a personas cercanas y, sobre todo, evitar compartir imágenes comprometedoras.
Por su parte, Rojo Bofill subraya la importancia de pedir siempre el consentimiento del menor antes de publicar cualquier contenido. "No podemos compartir sin su permiso", concluye.













