

Hasta hace poco, la diabetes tipo 2 era una enfermedad asociada a adultos mayores. Hoy, los médicos en México están viendo un cambio preocupante: cada vez más adolescentes, e incluso niños, están desarrollando esta condición. ¿La causa? Una mezcla explosiva de mala alimentación, obesidad, sedentarismo y falta de diagnóstico temprano.
De acuerdo con datos recientes, México ocupa el tercer lugar mundial en prevalencia de diabetes tipo 2 en adolescentes, solo por detrás de Brasil y comunidades indígenas de Canadá. Se estima que 4 de cada 1,000 adolescentes mexicanos la padecen.
El enemigo silencioso
Una de las razones por las que esta enfermedad se propaga sin control es porque no siempre presenta síntomas evidentes. En muchos casos, pueden pasar años antes de que sea diagnosticada, lo que permite que avance y ocasione daños graves en órganos vitales como los riñones, los ojos o el corazón.
Cuando hay señales, suelen ser hambre excesiva, sed constante, ganas de orinar frecuentes y fatiga extrema. Pero lo más preocupante es que muchos jóvenes no reportan molestias, o no se asocian con algo serio.
Adolescentes bajo presión
La adolescencia ya es una etapa difícil. Para quienes viven con diabetes, el reto emocional es aún mayor. Los cambios hormonales afectan el control del azúcar en la sangre, y el deseo de encajar puede llevar a muchos adolescentes a negar su diagnóstico o saltarse el tratamiento.
Además, la necesidad de comer espontáneamente con amigos o evitar sentirse "diferente" puede complicar aún más el manejo de la enfermedad.
¿Y los sistemas de salud? Llegan tarde
En México, el sistema de salud aún no está preparado para atender de forma adecuada la diabetes en jóvenes. A pesar de que desde 2006 existen estrategias para su detección y prevención, la obesidad infantil y la inactividad física han seguido creciendo.
Los especialistas advierten que no basta con detectar la enfermedad, también se necesita educar al paciente y su familia, dar seguimiento constante y promover cambios reales en el estilo de vida.

La diabetes se puede prevenir
La buena noticia es que la diabetes tipo 2 en jóvenes se puede prevenir e incluso revertir en etapas tempranas. ¿Cómo? Adoptando hábitos saludables desde la infancia:
Comer bien: menos comida ultraprocesada y más frutas, verduras y agua.
Hacer ejercicio: al menos 30 minutos diarios.
Evitar el sedentarismo: reducir el tiempo frente a pantallas es clave.
Chequeos regulares: especialmente si hay antecedentes familiares o sobrepeso.
Una urgencia de salud pública
La diabetes tipo 2 ya no es cosa de adultos. Es una epidemia silenciosa que amenaza el futuro de los jóvenes mexicanos, reduciendo su calidad de vida y aumentando el riesgo de complicaciones desde edades muy tempranas.
La prevención, el diagnóstico temprano y la educación en salud deben ser prioridad.













