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No caben dudas que el huevo, además de ser un básico del desayuno o la cena, resulta uno de los alimentos más elegidos por los seres humanos no sólo por su aporte nutricional sino también por su impacto positivo en la salud siempre que se consuma de manera moderada.

El color, la textura y hasta el tiempo que tarda en formarse el huevo son más reveladores de lo que parece. El cascarón, por ejemplo, no es solo una cuestión estética, sino que guarda secretos sobre su procedencia.

A pesar de no constituir una parte nutritiva del alimento, los habitantes cuentan con la posibilidad de aprovechar los grandes beneficios que aporta su interior. Proteínas, minerales y vitaminas que cumplen un papel esencial en la dieta humana, son algunos de los grandes beneficios que se obtienen por el consumo de la clara y la yema.

¿Por qué existen huevos de distintos colores?

Desde el punto de vista visual, el huevo guarda grandes secretos en torno a su procedencia. La Revista al Consumidor, una publicación orientada a asesorar en materia de consumo y ahorro a los mexicanos, ha dado a conocer información poco conocida sobre uno de los alimentos más consumidos.

Uno de los datos que sin dudas ha generado sorpresa tiene que ver con la variedad de colores que se observan respecto a su cáscara y que se corresponde con la raza de la gallina. Cada raza de gallina tiene un código genético que define el color de la cáscara, siendo la causa principal de la diferencia de color.

Clara y yema: una combinación perfecta para el cuerpo

Si bien el cascarón no aporta contenido nutritivo, la clave se encuentra en el interior del huevo. Particularmente la clara es una fuente pura de proteínas, baja en calorías y libre de colesterol, ideal para quienes buscan cuidar su alimentación o ganar masa muscular. Contiene riboflavina, potasio, magnesio y hierro, elementos clave para el rendimiento físico y la regeneración celular.

Por su parte, la yema concentra una gran cantidad de vitaminasesenciales como la A, D, E y K, además de fósforo, zinc y ácido fólico. Estos nutrientes contribuyen al fortalecimiento del sistema inmunológico, al desarrollo cerebral y a la salud de la piel. En otras palabras, el huevo no solo es un alimento completo, sino también un símbolo de equilibrio entre sabor y nutrición.

El huevo y la salud: entre el colesterol y los beneficios comprobados

Durante años, el huevo fue injustamente catalogado como un enemigo del corazón. Sin embargo, según detalla la Clínica de Mayo, recientes investigaciones han demostrado que su consumo moderado no sólo no eleva los niveles de colesterol tal como se creía, sino que puede contribuir a la salud de cada consumidor.

A diferencia de las grasas trans o saturadas, el colesterol natural del huevo tiene un efecto diferente en el organismo, y puede incluso ayudar a mantener el equilibrio de los lípidos en la sangre.

De acuerdo con Mayo Clinic y otras instituciones de salud, la mayoría de las personas sanas pueden comer hasta siete huevos a la semana sin aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. En algunos casos, esta cantidad puede incluso favorecer la prevención de ciertos tipos de accidente cerebrovascular y de la degeneración macular, una enfermedad ocular asociada al envejecimiento.

Por esta razón, y más allá de su sencilla apariencia, el huevo se mantiene como un pilar fundamental en la dieta mundial, recordándonos que la clave no está en evitarlo, sino en saber cómo y cuánto consumirlo.