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Mantener una higiene impecable en el baño es crucial, no solo para eliminar el sarro de la ducha y los residuos, sino principalmente para combatir la gran cantidad de bacterias que se acumulan en el inodoro y otras superficies. En este contexto, algunos expertos sugieren incorporar un ingrediente natural y económico: la sal.

Aunque autoridades sanitarias recomiendan el uso de desinfectantes comerciales con registro adecuado, no siempre es necesario recurrir a productos caros. La naturaleza ofrece soluciones poderosas.

La sal se destaca por sus propiedades antibacterianas y antisépticas, lo que la convierte en una aliada excelente para la limpieza del inodoro.

Por qué usar sal para la limpieza del inodoro

La sal ayuda a eliminar gérmenes, previene la formación de manchas y combate los malos olores al disolver obstrucciones leves y residuos en las tuberías. También puede mezclarse con bicarbonato de sodio y aceites esenciales para crear una solución de limpieza casera que no solo desinfecta, sino que también aromatiza el ambiente.

Es fundamental usar estas mezclas de sal con moderación y no sustituir por completo los limpiadores especializados para evitar posibles daños en las tuberías a largo plazo.

Por qué desinfectar el baño a diario

Los baños son un caldo de cultivo ideal para una variedad de microorganismos peligrosos debido a la humedad constante. Entre las bacterias que se encuentran habitualmente, destacan agentes de infección como:

  • E. coli
  • norovirus
  • Salmonella
  • Shigella
  • Clostridioides difficile
  • diversos Estreptococos y Estafilococos, incluyendo el Staphylococcus aureus, que puede sobrevivir en el inodoro por más de dos meses.

Estas bacterias pueden causar infecciones en la piel, el tracto urinario y problemas intestinales. Para prevenir infecciones y olores, es esencial adoptar una rutina de limpieza rigurosa:

  1. Limpiar el baño en profundidad al menos una vez por semana con productos que garanticen la desinfección total.
  2. Desinfectar el inodoro con productos que contengan hipoclorito de sodio (como la lavandina diluida) y lavar el lavamanos regularmente con agua y jabón.
  3. Lavar las toallas con frecuencia y ventilar el baño constantemente para reducir la humedad, un factor clave en la proliferación de gérmenes.
  4. Para neutralizar aromas de forma natural, se puede utilizar una mezcla de laurel y vinagre como desodorante ambiental.

Finalmente, el gesto más simple y eficaz para reducir el riesgo de contaminación es lavarse las manos antes y después de usar el baño.